La Ley de Transparencia obliga a las administraciones públicas a garantizar el derecho de acceso de los ciudadanos a la información relativa a la actividad de esos organismos. Los ministros y organismos de la Administración General del Estado, instituciones como la Casa del Rey y el Congreso de los Diputados, las comunidades autónomas y los ayuntamientos se rigen por esta norma.
La ley contempla unos límites al derecho de acceso a documentos e información pública. Ese derecho puede ser limitado cuando la administración justifique que facilitar esa información suponga un perjuicio para doce ámbitos: la seguridad nacional, la defensa, las relaciones exteriores, los intereses económicos y comerciales de España...
Cada cierto tiempo, el Portal de la Transparencia publica las resoluciones denegatorias y de concesión parcial de la información solicitada: es decir, cuando la administración rechazó facilitar toda, o parte de la información requerida. En cada resolución se indica el ministerio que respondió a la consulta, la pregunta y la causa de denegación de la información.
El Chivato ha podido comprobar que, entre la decena de resoluciones denegatorias publicadas en el Portal de la Transparencia en la última tanda, una daba respuesta a una petición de “información sobre la finca El Doctor en Ciudad Real”.
El solicitante registró ante el Ministerio de Defensa, el pasado 11 de febrero, una serie de preguntas “sobre la finca conocida comúnmente como El Doctor, ubicada en la CM-4117, en el término municipal de Manzanares, así como otras dos edificaciones que se ubican en esta misma carretera, pero ya en el término municipal de Daimiel, una de ellas, bajo el nombre de centro de estudios de propagación radioeléctrica”.
Desde hace años se ha vinculado esta finca al Centro Nacional de Inteligencia, que además de su sede central a las afueras de Madrid, cuenta con este terreno en la provincia de Ciudad Real, aún más discreto.
El solicitante preguntó si estas fincas “pertenecen al Ministerio de Defensa o a Interior (CNI) [sic]”, dando a entender (erróneamente) que el CNI depende del Ministerio del Interior. También pidió saber “cuál es su utilidad”, “cuántas personas trabajan en ellas”, si “trabaja también personal de otros países”, y por último, si ese terreno “es un centro de escuchas”.
Las preguntas llegaron a la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Defensa, que, tras analizarlas, consideró que “la divulgación de parte de la información a la que se pretende acceder supondría un perjuicio para la seguridad nacional, toda vez que su difusión desvelaría extremos que afectarían negativamente a la adecuada garantía de las instalaciones objeto de protección; sin que, por parte del interesado, se haya alegado o acreditado un interés público o privado de carácter superior que fundamente el acceso solicitado”.
Así que resolvió “conceder el acceso a la información relativa a la titularidad de la propiedad”: se limitó a informar que “según la información registral y catastral, la titularidad de la finca “El Doctor”, en la carretera CM-4117, en la Provincia de Ciudad Real, y de otras dos fincas adyacentes ubicadas en el término municipal de Daimiel, la detenta el Ministerio de Defensa”. Actualmente, el CNI depende del Ministerio de Defensa.
En la resolución, el ministerio deniega “el acceso a la información pública referente a operatividad, efectivos desplegados y usos que se vienen dando a dichos inmuebles”.
Por tanto, Defensa no da respuesta a la pregunta de si la finca ‘El Doctor’ es “un centro de escuchas”, justo cuando tanto se habla del espionaje de las comunicaciones y el papel del CNI en ello.
Estas instalaciones llevan décadas envueltas en el misterio. Se ha apuntado que miembros del servicio de inteligencia alemán (BND, Bundesnachrichtendienst) trabajaron allí en los años 70 y 80, supuestamente en misiones de interceptación de señales. En los años 90 llegó a haber un cartel que presentaba el lugar como “Centro de Estudios de Propagación Radioeléctrica”.
Quienes conocen la zona apuntan que los terrenos están ocupados por varios edificios, búnkeres subterráneos y un buen número de antenas de gran tamaño.
Además, en un reportaje El Mundo se contó con detalle la experiencia de un hombre que participó en un proceso de selección para ingresar en el CNI. En dicho proceso, los aspirantes fueron trasladados a esta finca en Ciudad Real para ser sometidos a distintas pruebas.
Pese a este secretismo, en varias ocasiones el propio Centro Nacional de Inteligencia ha revelado, en ofertas de empleo, que sus trabajadores pueden ser ubicados “en Castilla-La Mancha”, o incluso más concretamente, “en la provincia de Ciudad Real”.
Una de esas ofertas era de jardinero, pero otra, precisamente, iba dirigida a personas con perfil de “Técnico TIC. Electrónica y radio o multimedia”, cuya misión en el CNI sería la “instalación, mantenimiento y reparación de equipos y sistemas electrónicos, fundamentalmente radio y electrónica o sistemas multimedia”.