Preside la corrida de la Beneficencia el Rey don Felipe, acompañado por Antonio Bañuelos, presidente de los ganaderos de toros bravos. El público que abarrota el coso (se ha puesto hace días el cartel de No hay billetes) lo recibe con una clamorosa ovación: además de la adhesión a la Monarquía, significa también la alegría de verlo en la Plaza de Toros. Al margen de las aficiones de cada uno, el Rey está en el Palco Real, presidiendo un festejo de la Fiesta Nacional de los toros, en la capital de España. Está donde debe estar, le pese a quien le pese, y este público se lo agradece.
Los toros de Alcurrucén mansean de salida pero –como es propio del...
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