El izquierdista Gustavo Petro, el mismo que se ve como un "revolucionario" y pese a que perteneci? a la guerrilla M-19, est? d?as de marcar una nueva era presidencial en Colombia luego de pasar al balotaje que le permite estar m?s cerca del liderazgo en el pa?s, el mismo donde luch? primero contra el Estado y ahora pretende, en democracia, derrotar a las ?lites e instalar por primera vez al sector pol?tico en el poder de esa naci?n.
Petro, un hombre de lentes y con verbo marcado hacia la izquierda, se presenta por tercera vez como candidato presidencial, en unos comicios en los que previamente ten?a un importante apoyo para las votaciones.
Gustavo Francisco Petro Urrego naci? el 19 de abril de 1960 en un pueblo del departamento caribe?o de C?rdoba, Ci?naga de Oro. Creci? y estudi? en el interior del pa?s, en Zipaquir?, un pueblo andino cercano a Bogot?. Es el mayor de tres hermanos, de familia de clase media, con padre coste?o y madre del interior.
Esa mezcla tambi?n pervive en su car?cter: t?mido, callado y ufano en lo personal, como se le describe, pero un gran orador y c?modo cuando sube al escenario de una de las plazas p?blicas que suele llenar estos d?as, donde encandila a sus oyentes con frases grandilocuentes y discursos embelesadores.
Petro tuvo la presencia de un padre conservador y madre liberal, y educado por sacerdotes lasallistas. Se encarg? de levantar las banderas del cambio y de la ruptura con las fuerzas que tradicionalmente han gobernado Colombia.
"Una vida, muchas vidas", la autobiograf?a que public? pocos meses antes de la campa?a, da cuenta de que siempre se ha sentido fuera de lugar, solitario, dejado de lado y tambi?n de cierta arrogancia con la que se ha sobrepuesto a muchas situaciones de su vida.
En el colegio La Salle de Zipaquir?, el mismo por donde pas? Gabriel Garc?a M?rquez, contestaba a los curas con altaner?a y all? comenz? en la militancia, leyendo a intelectuales marxistas, hasta que en 1978, con 18 a?os, decidi? entrar al M-19, donde realiz? sobre todo labores de enlace urbano y no tanto lucha armada, hasta su desarme en 1990.
Su ascenso asusta a sectores conservadores, a los ganaderos y a una parte del empresariado y los militares, que temen que su gobierno sea un "salto al vac?o".
A otros, m?s moderados, les repele su mesianismo. "?l se cree predestinado (...) la ?nica persona que puede salvar a Colombia", resumi? una fuente pr?xima que habl? bajo reserva al portal independiente La Silla Vac?a.
Antisistema, Petro se describe como progresista antes que izquierdista, en un intento por evitar que lo asocien con una corriente que causa repudio en un pa?s con las guerrillas marxistas en el centro de un conflicto de seis d?cadas.
El senador y ex alcalde de Bogot? se siente llamado a cambiar nada menos que una "historia de 200 a?os". As? lo ha repetido en la plaza p?blica. "Dar discursos es hoy en d?a parte de mi talante", escribi? en su autobiograf?a.
Pero su pasado en la lucha armada lo persigue y es el caballo de batalla de sus adversarios. Por 12 a?os se rebel? contra el Estado que ahora pretende reformar de fondo. Hoy las armas oficiales lo protegen.
Varias veces amenazado de muerte y forzado a un exilio de tres a?os en Europa, Petro es el candidato m?s protegido en esta contienda.
En los ?ltimos mitines se le vio pr?cticamente blindado con chaleco antibalas y escudos a su alrededor, y al menos 20 guardaespaldas en tarima.
En febrero, este economista confes? su miedo de que lo mataran. No ha sido la primera vez que ha temido por su vida.
Petro milit? en el M-19, una guerrilla nacionalista de origen urbano que firm? la paz en 1990.
Seg?n ?l, se rebel? en rechazo al golpe militar en Chile de 1973 y un supuesto "fraude electoral" en Colombia por los mismos a?os contra un partido popular.
Ferviente admirador del nobel Gabriel Garc?a M?rquez, en la clandestinidad adopt? el nombre de 'Aureliano', en homenaje al personaje de "Cien A?os de Soledad". Fue detenido y torturado por militares, y estuvo preso durante a?o y medio. Siempre fue un combatiente "mediocre", seg?n sus antiguos compa?eros de armas.
En su libro lo resalta: "Nunca sent?, a diferencia de muchos de mis compa?eros, una vocaci?n militar (...) yo quer?a era hacer la revoluci?n".
Desde entonces se presenta como un "revolucionario" de varias causas pero alejado del marxismo. Su "opci?n preferencial por los pobres", sostiene, proviene de la teolog?a de la liberaci?n.
El candidato por el Pacto Hist?rico ha hecho suya la defensa del medio ambiente. Plantea frenar la exploraci?n del petr?leo (cuyas ventas representan el 4 por ciento del PIB) en una "transici?n" hacia energ?as limpias, expandir la producci?n de alimentos, reformar las normas para los ascensos dentro de las Fuerzas Militares que considera clasistas, entre otros cambios.
De llegar al poder, los militares deber?n jurar lealtad a este ex guerrillero que se comprometi? a reiniciar di?logos de paz con el Ej?rcito de Liberaci?n Nacional (ELN).
Despu?s de firmar la paz, Petro lleg? al Congreso y m?s adelante a la alcald?a de Bogot?, donde en 2011 sali? electo por la formaci?n Progresistas.
"Soy el candidato del progresismo", repite a menudo, para salirse de la casilla de "izquierdas".
Quienes trabajaron con ?l en la Alcald?a dicen que no es f?cil de tratar, que no es muy dado a colaborar en equipo y que toma las decisiones solo. Eso impuls? numerosas renuncias y el cambio de m?s de medio centenar de altos directivos en los cuatro a?os de gesti?n.
Su car?cter de no tener miedo al enfrentamiento tambi?n le vali? una destituci?n por parte de la Procuradur?a, que por sus decisiones en la gesti?n de la recolecci?n de basuras de la ciudad quiso su muerte pol?tica y que la Corte Interamericana de Derechos Humanos revoc?.
Como parlamentario se destac? por las denuncias sobre los nexos de pol?ticos con los sangrientos paramilitares de ultraderecha, pero como alcalde gan? fama de autoritario y mal administrador por su ca?tico plan para que la empresa p?blica se ocupar? de la recolecci?n de basuras, entonces en manos de privados.
Daniel Garc?a-Pe?a, asesor de Petro en la ?poca y quien se alej? de ?l por su "despotismo", a?n recuerda sus "dificultades para trabajar en equipo" si bien reconoce su conocimiento del pa?s e inteligencia.
Tiene "un temperamento muy impetuoso y autoritario, y cuando se empe?aba en sacar adelante sus propuestas (...) no supo concitar y convocar a los diferentes sectores para ponerlos en pr?ctica. Caz? muchas peleas al mismo tiempo y ese gener? mucha frustraci?n en las metas que ?l mismo se hab?a trazado", coment? el tambi?n profesor universitario.
Petro est? casado con Ver?nica Alc?cer y es padre de seis hijos con diferentes mujeres, llega a su tercer intento por la Presidencia alejado de varios de sus grandes compa?eros de viaje, y sin muchas de las ideas "revolucionarias" que evocaba.
Lo hace ahora junto a unos compa?eros de campa?a m?s pragm?ticos y menos idealistas, como el senador Armando Benedetti que ha pasado por numerosas formaciones de diferente signo y es una de sus personas m?s cercanas ahora mismo. Tambi?n con la abogada y activista afro Francia M?rquez, que ha recogido el descontento de las calles y rescatado a simpatizantes hastiados del personalismo de Petro entre los habitantes.