BAYAMO.— La primavera teatral avanza en esta ciudad, para beneplácito de un público que pasa la voz ante la oportunidad de interactuar con obras polémicas, como Y ahora qué… de Teatro del Viento, o asombrarse con novedades como los Títeres de hielo de Teatro Viajero.
Del primer ejemplo, la gente emergió de la sala 10 de Octubre en un torbellino de emocionado debate, aceptando razones, cuestionando miradas, pero siempre admirando el talento y la honestidad de ese colectivo camagüeyano, precedido en este evento por su prestigio como litigantes de una realidad fuera de las tablas que precisa de menos espectadores meramente inconformes y más actores con ganas de transformar.
Al juego de telones que propone el caricaturista Jorge Sánchez Armas se sumaron también la Premio Nacional de Teatro Fátima Patterson y la teatróloga Vivian Martínez. Foto: Mileyda Menéndez Dávila
En el segundo caso, la obra comenzó mucho antes de que los artistas capitalinos subieran al escenario, pues el proceso de construir y conservar los títeres hasta la hora de la presentación (lo del hielo no es una metáfora) despertó simpatías y desasosiego, y luego la puesta provocó la esperada complicidad filosófica con un Hamlet autodestructivo, un Hielocho que desafía tempestades (también internas) y unas máscaras que en su ternura, inicialmente titubeante, invitan a derretir apariencias para ser lo que somos y aceptarlo ante los demás.
Los títeres y máscaras de hielo de Teatro Viajero invitan a pensar en nuestra propia vulnerabilidad ante el entorno y las elecciones de vida. Foto: Mileyda Menéndez Dávila. Foto: Mileyda Menéndez Dávila
El público infantil asistió a la feria interactiva matutina y disfrutó con los espectáculos del mago Ampudia y los grupos D’Alas y Olympia Teatro; la actuación de niños y niñas Andantinos; los títeres de la Guerrilla de teatreros, el guiñol remediano Fidel Galbán Rivero, el avileño Polichinela y el bayamés Pequeño Príncipe.
Como cada noche de evento, la velada nocturna en el café Primavera, de la Uneac atrajo al público juvenil para una descarga teatral que este domingo fue protagonizada por un nada mojigato Café con aroma de mujer.
El público del café Primavera se hizo cómplice del audaz reclamo del Grupo D'Alas y su Monólogo de la vaginas. Foto: Mileyda Menéndez Dávila
Se suman a esta edición 21 de la Primavera teatral tres cultores de las artes plásticas. En la Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes el público sonríe y toma selfies con las Retraturas (esculturas humorísticas de papel maché) del holguinero Onelio Escalona; A la entrada de la Uneac provincial se detiene el paso ante el colorido de las pinturas del artista bayamés Manuel Olivera Álvarez, .MOA, y en la galería Dos columnas, justo al frente, el villaclareño Jorge Sánchez Armas pide al público contribuir con títulos para sus caricaturas impresas de la muestra ¿Cómo se llama la obra?, e invita a ampliar el intercambio con la exposición digital en la galería Ventanas, su plaza frecuente en el Paseo General García.
Para este lunes recomendamos la obra Entre sombrillas, del guiñol remediano (3:00 p.m en el teatro Bayamo), y en la noche será difícil escoger entre el espectáculo del proyecto Granmagia (cine Céspedes); la obra Esto no tiene nombre, del anfitrión Teatro Andante (Plaza de la Revolución, 8:30 p.m.); L’itam qui pasè, del guantanamero Teatro La Barca (Sede de Teatro Andante, 8:30 p.m.), Seca, del avileño Caminos Teatro (Sala José Joaquin Palma, 9:00 p.m.) y Somos mujeres, del santiaguero Estudio Teatral Macubá.
Día y noche, el público infantil bayamés participa en el ambiente de espectáculo que desborda su ciudad en la Primavera teatral. Foto: Mileyda Menéndez Dávila
Pero todos podrán cerrar la noche en el café Primavera con fragmentos de No importa, de la compañía villaclareña Mejunje, y el espacio Polichineando en Primavera.
