El 2 de enero es un día histórico en nuestro país. El segundo día del año tal y como lo conocemos se conmemora la incorporación del reino de Granada a la corona de Castilla, un hecho que la propia ciudad andaluza celebra con el «día de la Toma» que, si bien es desde hace años festivo local, podría llegar a ser incluso fiesta nacional.
El Congreso debate este martes, en la Comisión de Cultura y Deporte, una Proposición No de Ley para la posible modificación del artículo 37.2 del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores para que el día 2 de enero sea considerado festivo laboral en toda España.
La propuesta, que llevó al Congreso Vox para su toma en consideración el pasado mes de febrero, se debatirá este martes, con el objetivo de promover también este hito como fiesta de interés turístico nacional.
Fue precisamente la actual candidata por Granada a la Junta de Andalucía, Macarena Olona, quien defendió esta PNL para, entre otras medidas, «impulsar la promoción cultural y la difusión de este acontecimiento conmemorativo, poniendo en valor su relevancia histórica y cultural».
Pero más allá de la promoción turística de este día, la propuesta de Vox incluye otros aspectos como la participación de las Fuerzas Armadas en los actos que se desarrollen con motivo de esta celebración «con el protagonismo que merecen», o la implementación en los planes de estudio para que niños y jóvenes «tengan los adecuados conocimientos sobre la Reconquista en general, y la Guerra de Granada en particular, y sobre su importancia para la formación de la comunidad política en la que están llamados a participar como ciudadanos».
En la PNL, Vox defiende que la Toma de Granada en 1492 «cerró el proceso histórico de la Reconquista y, por tanto, puede ser considerado desde muchos puntos de vista como el suceso final de nuestra Edad Media» y «un hecho histórico de primera categoría en la forja de la Nación española».
El Parlamento andaluz lo rechazó como festivo nacional
El Parlamento andaluz ya aprobó el pasado febrero, a petición del mismo grupo parlamentario, declarar el Día de la Toma de Granada como Bien de Interés Cultural (BIC) y su inscripción como tal en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de la comunidad autónoma. Sin embargo, rechazó que se promoviera su celebración como festivo nacional.
Una festividad cargada de polémica
Esta celebración también tiene detractores que ven «racismo» en la conmemoración de una festividad de califican de «anacrónica, sectaria y excluyente», por celebrar la expulsión ilegal de miles de granadinos, y de estar basada en el «odio a la diversidad». Así lo ha denunciado en reiteradas ocasiones la plataforma Granada Abierta, que aglutina a sindicatos, asociaciones feministas y partidos políticos como Podemos e Izquierda Unida y que cada año reclama la suspención de todos los actos de celebración del aniversario de la Toma de Granada.
La organización Defender Andalucía alegaba durante el último aniversario que «ningún pueblo celebra su derrota. Salvo en Andalucía, donde se sigue celebrando la Toma, una fecha que rompe con los valores de la diversidad, la multiculturalidad y la realidad heterogénea granaína». Líderes políticos como Pablo Iglesias o Teresa Rodríguez también se han expresado abiertamente en contra de esta festividad.
La polémica en Granada por la festividad local lleva años enfrentando a los partidos que conforman el Ayuntamiento. Mientras el ala de la derecha defiende la celebración de este día, desde la izquierda se propone eliminarlo para conmemorar, en sustitución, el 26 de mayo por el aniversario de la ejecución de Mariana Pineda.
Este año, de hecho, ha sido el primero que el 26 de mayo será festivo local en Granada para aprovechar el hueco en el calendario laboral que dejaba, precisamente, el día de la Toma, por coincidir en domingo.
