¿Has ampliado el porche de casa? ¿Te has hecho una piscina en el patio recientemente? Si vives o tienes casa en Andalucía, la Región de Murcia o Extremadura y has hecho algún arreglillo en casa que no has declarado en el Catastro, cuidado: Hacienda vigila desde el aire.
En cuestión de días o semanas, aviones sobrevolarán estas zonas en lo que se conoce como vuelos fotogramétricos que se realizan de forma periódica y capturan imágenes digitales de cada palmo del territorio seleccionado e irán al Instituto Geográfico Nacional. Y desde ahí, a distintas administraciones, entre ellas Hacienda, para comprobar irregularidades urbanísticas y otros aspectos.
Estos vuelos, que habitualmente se encargan desde el IGN, se realizan de forma periódica cada tres años desde 2004 con el objetivo de obtener fotografías aéreas digitales. Para ello, cada año se programan vuelos que llegan a cubrir un tercio de todo el territorio español para conseguir completar todo el país cada tres años. Para este está previsto capturar imágenes de Andalucía, Extremadura y la Región de Murcia, mientras que el pasado año se capturaron imágenes de Canarias, Baleares, la Comunidad Valenciana, Cataluña -estas dos últimas también disponen de medios propios para realizar vuelos por su cuenta-.
Las imágenes, aunque las capta de forma centralizada el IGN, tienen múltiples usos. Si bien antes cada organismo desarrollaba sus propios vuelos para objetivos concretos, el derroche de dinero y recursos que eso suponía obligó a cambiar el sistema de fotogrametría y desde hace unos años es el IGN quien se encarga de los vuelos y reparte las fotografías obtenidas entre las Comunidades Autónomas y el resto de administraciones.
Aunque tienen distintos fines, como la realización de cartografía y la información geográfica en general, o la gestión forestal, hidrografía, etc, uno de los principales usos de estas imágenes son la actualización del Catastro.
Unos 2 millones de viviendas con irregularidades
En el caso del Ministerio que ahora dirige María Jesús Montero se llevan a cabo campañas de regularización catastral, que, como su nombre indica, tiene como finalidad la incorporación al Catastro Inmobiliario de los bienes inmuebles urbanos y rústicos con construcción, así como de las modificaciones que se hayan podido llevar a cabo para comprobar si se han declarado correctamente o no. Si has contruido una piscina, ampliado tu casa o añadido ciertos elementos y no los has comunicado, ésta es la manera de comprobarlo.
Los datos que figuran en el catastro son la base con la que se calcula el valor de una finca y tienen incidencia en el importe de distintos impuestos como el IBI, la Plusvalía o la tributación en IRPF.
La regularización catastral es un proceso que inició en 2013 el entonces ministro Montoro y que, tras finalizar en 2016 -posteriormente se prolongó hasta 2018-, destapó irregularidades en cerca de dos millones de viviendas. La mayoría de los fraudes, según el informe publicado por el ministerio, estaban relacionadas construcciones no declaradas. El 37,5% eran viviendas que no existían en los registros oficiales, y en el norte de España suponían más del 50% de las irregularidades totales.
En la Comunidad de Madrid y Canarias, las más habituales eran rehabilitaciones o ampliaciones de viviendas sin declarar, mientras que en todo el territorio se detectaron cerca de 100.000 piscinas construidadas y no declaradas.
Si bien no se aplica sanción, los propietarios a los que se descubre deben abonar una tasa de 60 euros por cada inmueble por regularizar, además de pagar el IBI correspondiente con el incremento del valor, y los atrasos en los pagos del gravamen de un máximo de cuatro años.
En la actualidad, el ministerio no tiene activa ninguna nueva campaña de regularización catastral, pero en las futuras que vengan, las fotos aéreas mencionadas serán la herramienta que utilizarán para hacer las comprobaciones pertinentes.
Desde el aire se distinguen las distintas alturas de un edificio
Con estos vuelos, y tras la incorporación de la tecnología Lídar de la que dispone el IGN, las distintas imágenes que se captan tienen un alto nivel de precisión que permite distinguir tanto el tipo de terreno como las alturas de los edificios, vegetación o puentes. La resolución de un mapa Lídar permite diferenciar incluso entre distintas superficies identificando zonas urbanas, zonas boscosas, etc.
Los vuelos, que se contratan mediante concurso público, suelen realizarse durante las mismas épocas del año, en las que se puedan garantizar las mejores condiciones climatológicas para la captura de imágenes. En la Península, Baleares, Ceuta y Melilla suele ser entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre, mientras que en Canarias depende de la altura del sol sobre el horizonte.
Más allá del aspecto urbanístico, los próximos vuelos que capturen las imágenes de Canarias, por ejemplo, servirán también para actualizar el nuevo terreno que ha dejado el volcán de La Palma tras su erupción, con una orografía completamente distinta a la que plasmaban los mapas tras su última captura.