Ahora podemos elegir entre una gran cantidad de cerramientos y en Mundo Cierres nos pueden ayudar, ya que tienen años de experiencia y trabajan con todos los materiales que hay ahora mismo en el mercado.
Aunque la finca sea nuestra, lo cierto es que no podemos colocar el vallado que nos apetezca, pues si lo hacemos de esta manera, el resultado puede ser un apercibimiento para que la retiremos o la llegada de una multa.
Así, lo mejor es consultar en el ayuntamiento sobre el tipo de cerramiento que está permitido y su altura para no pasarnos, y lo mismo ocurre si es una finca rústica, en donde habrá que tener en cuenta las normas medioambientales.
Muchas veces las vallas no se ponen solamente por seguridad, sino también para ganar privacidad con el fin de que no puedan vernos desde el exterior mientras tomamos el sol o estamos leyendo en el jardín.
Si necesitamos privacidad tenemos varias opciones, como colocar una valla que no nos oculta y luego plantar setos o incluso poner unas telas que se venden con ese objeto, mientras que otra opción es optar por un vallado de PVC o los de chapas perforadas, que en función de los agujeros y su forma nos aportará una mayor privacidad a la vez que podemos ver el exterior.
Es importante que pensemos en si vamos a dedicar tiempo al mantenimiento o preferimos no gastar ni un minuto en este aspecto.
Casi siempre se opta por lo segundo, algo a lo que ayudan las vallas metálicas con recubrimiento plástico, el cual evita la oxidación o las mallas en panel, que vienen con un tratamiento que hace que duren en perfecto estado muchos años.
El PVC también es uno de los mejores materiales, pues solo habrá que pasarle un trapo de vez en cuando o incluso lavarlo con la hidrolimpiadora que usamos con el coche.
Algo muy relevante a la hora de cerrar una finca es saber cuántos metros queremos vallar, ya que no tiene nada que ver cercar un chalet en las afueras del pueblo con hacerlo en una finca rústica para la que podemos necesitar más de un km de cercado.
Aquí el presupuesto es el que manda, por lo que si hay muchos metros optaremos por la valla flexible, que además se adapta muy bien al terreno, pues otros cerramientos como el PVC o el aluminio supondrían una cantidad muy elevada, inasumible en la mayoría de los casos.
A la hora de cercar una finca ahora mismo hay una gran cantidad de opciones, por lo que escoger la que más se adapte a nuestro presupuesto, a la estética de la zona o a las normas municipales es muy sencillo.