Lo mejor que le podía pasar al
Barça, tras estos dos últimos meses para olvidar, donde el equipo se quedó sin opciones a títulos y el juego exhibido en el
Bernabéu quedó en el olvido, era que acabara la temporada. De hecho, el viaje a
Australia –con 24 horas de vuelo de ida y otras 24 de vuelta– es una alegoría a la penitencia que los jugadores tienen que pagar por su curso. No suspenden, pues han conseguido el objetivo de mínimos de quedar segundos para jugar la
Champions y poder disputar la
Supercopa de España, pero tanto
Xavi como
Alemany,
Jordi,
Yuste y el presidente
Laporta tienen mucho trabajo por delante. De hecho, y aunque parten muy condicionados por la delicada situación económica del club y por tener que cumplir el ‘fair play’ de LaLiga, apenas tienen margen error. Deben afinar muy bien y, a poder ser con el plan A. Está muy bien tener alternativas "con el B, el C y el D", como dijo ayer tener
Jordi, pero siempre es mejor aspirar al A. Y acertar.
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