Nada hay en la investigación semiótica que pueda atomizarse o separarse del contexto histórico y social. Nada hay que pueda ignorar las determinaciones objetivas del debate capital-trabajo y, desde luego, nada es comprensible sin el reconocimiento sistematizado de las luchas semióticas emancipadoras protagonizadas por los pueblos según sus diversidades, su grado de organización, desarrollo e intervención transformadora.