"Tuve una formación renacentista", dice el director artístico del Centro Cultural de la Cooperación, y la referencia se verifica en su obra. Sus padres, Javier Villafañe y Elba Fábregas, le legaron "un mundo mágico", vivencias en la mítica carreta La Andariega, una infancia viajera y una casa que era en sí misma un gran teatro lleno de escenografías, cuadros, libros, títeres. Dice que ha cumplido muchos sueños, pero son más los que le quedan por cumplir.