Hace unos d?as se anunci? que el arque?logo Eduardo Matos Moctezuma, especialista en rescatar y promover la cultura del mundo prehisp?nico, recibir? el Premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales 2022. Varios sitios han sido campo f?rtil de sus investigaciones y hallazgos como Tepeapulco, Bonampak, Comalcalco, Cholula, Tula, Teotihuacan y Tlatelolco. Su ?ltimo libro es precisamente sobre Tlatelolco, ?ltima ciudad que se fund? en el centro de Mesoam?rica y el primer basti?n de defensa contra los espa?oles.
Matos Moctezuma dedica el libro a los muertos de Tlatelolco, en 1473 (cuando la ciudad fue sometida por el imperio mexica tenochca); en 1521 (fecha en que los peninsulares masacraron al imperio azteca); en 1968 (cuando el gobierno orquest? la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas); y en 1985 (por las v?ctimas que fallecieron en el sismo de aquel a?o). Podr?a decirse que la palabra muerte est? impregnada en las piedras de este lugar, aunque tambi?n fue escenario de un gran mercado, un sitio para que estudiaran los j?venes pochtecas (que fueran considerados indios nobles) y el lugar de residencia del poder ind?gena, el Tecpan.
Aqu? se retrata la historia de Tlatelolco, antigua ciudad lacustre, como otras de M?xico-Tenochtitlan. Lo que describe el autor est? sustentado en dos principales fuentes: la documentaci?n escrita y los hallazgos que han aportado las investigaciones arqueol?gicas.
En el libro los datos se muestran de manera paralela con la historia que se coteja en c?dices, libros y estudios. En el siglo XVI, estipula Matos Moctezuma, fue cuando se iniciaron las labores de desmantelamiento de la zona de Tlatelolco por parte de los espa?oles. Hay que recordar que los conquistadores no quer?an dejar ning?n vestigio del M?xico prehisp?nico y, por ese motivo, en los lugares importantes para los pobladores ?centros religiosos y de poder pol?tico? fue en donde se erigieron las iglesias y edificios coloniales. Los frailes consideraban que los templos ind?genas eran obras del demonio. Desde la perspectiva del investigador, es muy probable que la primera iglesia haya sido la de Santiago, edificada en la parte posterior del Templo Mayor de Tlatelolco.
El autor consigna que es Fray Diego Dur?n quien se?ala que ?una vez asentados en Tenochtitlan, hubo inconformidad de una parte de los mexicas y decidieron trasladarse un poco m?s al norte?. El nombre antiguo era Xaltelulli, luego se llam? Tlatilulco, que es el barrio de Santiago Tlatelolco.
Se sabe que Tenochtitlan y Tlatelolco eran ciudades hermanas, rivales, que compet?an en desarrollo cultural y venta de productos. Para Matos Moctezuma hay tres actividades que van a distinguir a la zona antigua de Tlatelolco: la agricultura, la guerra y el comercio. Eso puede leerse en las cartas de relaci?n de Hern?n Cort?s, en las cr?nicas de Fray Diego Dur?n, Fray Juan de Torquemada, Fernando Alvarado Tezoz?moc y Bernal D?az del Castillo, quien describe con asombro lo bien que est? organizado el mercado de Tlatelolco, en donde hab?a una especie de jueces para acabar con inconformidades entre vendedores y compradores; de este modo, apeg?ndose a lo que dictaminara el concejal, se terminaban las ri?as de tipo comercial. Cabe destacar, como advierte el arque?logo, que el trueque era la manera que ten?an para intercambiar productos, pese a que ya exist?an unas monedas para realizar este tipo de actividades; y esas monedas eran los famosos chalchihuites o piedras verdes, las semillas de cacao y unos canutillos de plumas rellenos de polvo de oro. Pochtecas, como su nombre en n?huatl lo dice, quiere decir comerciantes.
La presencia de los pochtecas, asumidos como parte de Tlatelolco y, a su vez, de Mexico-Tenochtitlan, desempe?aron un significativo papel militar al defender al imperio azteca de los conquistadores; tambi?n fueron conocidos por sus habilidades para desarrollar el espionaje.
Tlatelolco, sitio de esplendor y muerte. Es el ?ltimo lugar donde se da una batalla entre los espa?oles y los ind?genas. Matos Moctezuma enfatiza en que Tenochtitlan perdi? su nombre y se le llam? Ciudad de M?xico, mientras que Tlatelolco conserv? su apelativo.
Los campamentos ferrocarrileros de Nonoalco-Tlatelolco son escenario de Jos? Trigo (1966), la novela de Fernando del Paso. ?ste pr?cticamente termin? el libro en los talleres de la editorial Siglo XXI, donde se captur?, de ?ltima hora, la parte intermedia, ?El puente?, que hac?a referencia al puente de Nonoalco y que es el centro (el omphalos, dicen algunos) de la novela; con una estructura piramidal: nueve cap?tulos en ascenso, una pausa, y nueve cap?tulos en descenso. Acaso lo referido por Del Paso (la represi?n a los ferrocarrileros) es un antecedente a lo que a?os despu?s iba a suceder en la Plaza de las Tres Culturas.
Tlatelolco, otra vez con olor a muerte e indignaci?n. El 3 de octubre de 1968, Elena Poniatowska, a las siete de la ma?ana, fue a la Plaza de las Tres Culturas que ?se encontraba cubierta por la neblina ?o eran cenizas? Tanques de guerra hac?an guardia frente al edificio Nuevo Le?n. Ni luz, ni agua, s?lo vidrios rotos. Vi los zapatos tirados en las zanjas de los restos prehisp?nicos, las puertas de los elevadores perforadas por r?fagas de ametralladora, las ventanas, los aparadores de la tintorer?a, la papeler?a, la miscel?nea hechos a?icos y sangre encharcada casi negra en los adoquines de la plaza y pens?. ?Esto es lo que debe haber visto pap? en la guerra?. Una pareja, con ojos perdidos y una cubeta en la mano, hac?a cola frente a una llave del agua. Desde ese momento comenc? a recoger testimonios?. Esto lo refiere en el libro 2 de El amante polaco (2022).
Tlatelolco, registro de fallecimientos en el sismo del 85. La ca?da del edificio Nuevo Le?n dej? entre 500 y mil muertos. Damnificados, heridos, desaparecidos, polvo y escombros. Tlatelolco, cuyo origen tiene que ver con Xaltilolco, que en n?huatl significa ?lugar del mont?culo redondo de arena?, no resisti? a la embestida que dio la tierra hace m?s de treinta y cinco a?os.
Con sus estudios y hallazgos, Eduardo Matos Moctezuma ha hecho que comprendamos mejor la historia del M?xico precolombino. Su presencia es insustituible.
Mary Carmen S?nchez Ambriz
@AmbrizEmece