Asombro donde no había sombra. Sol y panderetas en Barcelona que ve a su multitud enmudecer sin poder bailar una jota a gusto o tirarse un cante jondo.
Los héroes locales por ahí aparecen. Pero muy discretos.
En cambio reina la plenitud exultante en el box del equipo de “las bebidas que dan alas” porque la fortuna les ha traído estupendas albricias.
El holandés Max Verstappen arrebata todo el paquete del domingo en cuanto el polesitter se retira luego de llevar una ventaja muy cómoda.
A la altura del giro número 27: púmbatelas la unidad de potencia italiana se raja.
De tal manera que la lectura más correcta es, que no tanto ocurrió que haya ganado el equipo austriaco, sino que perdió toda compostura La Casa de Maranello.
A base de insistir con gran tesón el corredor mexicano Sergio Pérez logra superar a uno de los pilotos de Mercedes (que ha sido la organización hoy renacida) para terminar en el segundo escalón del podio.
Y así firmar este “uno-dos” que los coloca en los cuernos de la luna.
El corredor de Jalisco hubiera ganado si esto o si lo otro. Igual que hubiera ganado las cinco carreras previas. Lástima Márgaro porque en este deporte valen muy poco los “hubiera”.
En efectivo, la ventaja del piloto número uno del equipo, sobre su escudero: de 13.072 segundos, dibuja con tal evidencia la neta del planeta, que vuelve cosa gratuita ponerse a buscarle tres pies al gato.
Ciber-Max es el actual monarca, llega a dos docenas de victorias para empatar con el penta campeón argentino Juan Manuel Fangio y dejar detrás a su suegro Nelson Piquet –tres veces campeón mundial– de cuna brasileña.
Se sabe de agüita que a los de Jalisco (y también un poco, a los del resto del territorio nacional) nos cuesta bastante llamar a las cosas por su nombre y ver con nitidez, cuando se trata de competir: pero desde fuera ni siquiera se discute que al piloto neerlandés y al tapatío, se les echa de comer aparte.
Vistas las cosas según el nuevo orden mundial y metidos en eso del esoterismo del metaverso: ByBit se queda con los dos peldaños de encima y FTX, con el tercer escalón del podio.
Mientras que Velas se va en blanco. Nada porque afligir, en tan sólo una semana viene la revancha en Mónaco.
¡A Mil Por Hora!
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