Las probabilidades de que la economía de Estados Unidos entre en un periodo recesivo están aumentando, ante la expectativa de un incremento mayor al previsto en las tasas de interés, por las crecientes presiones inflacionarias, advirtieron analistas.
De acuerdo con datos de Bloomberg, actualmente existe un 30 por ciento de probabilidades de que la mayor economía del mundo registre un episodio de recesión. Hace dos semanas la probabilidad era del 25 por ciento, sin embargo, a inicios de este año solo se vislumbraba un 15 por ciento de posibilidades.
Una encuesta de la National Association for Business Economics (NABE) reveló que el 53 por ciento de expertos dan una probabilidad de que ocurra una recesión durante los siguientes 12 meses.
Brian Deese, el principal asesor económico del presidente Joe Biden, aceptó por primera vez que existe el riesgo de que Estados Unidos entre en un periodo de recesión, en momentos que el país enfrenta “serios desafíos globales” y que persisten las presiones inflacionarias e inestabilidad de los mercados financieros.
“No hay duda de que enfrentamos serios desafíos globales en este momento, la inflación en primer lugar entre ellos, y está golpeando duramente a las familias. Pero tampoco hay duda de que Estados Unidos está en una mejor posición que cualquier otro país importante del mundo para abordar la inflación sin renunciar a todas las ganancias económicas que hemos tenido, y eso se debe a la solidez de nuestra recuperación”, dijo el director del Consejo Económico Nacional (NEC).
Cuestionado en el programa State of the Union, de la cadena CNN, sobre si descartaba una recesión, Reese respondió: “Siempre hay riesgos, pero nos sentimos muy bien acerca de dónde está Estados Unidos, particularmente cuando miras un panorama global”.
En tanto, Lisa Shalett, Chief Investor Officer y Wealth Management de Morgan Stanley, anotó en un reporte reciente que una inflación alta y sostenida, un giro acelerado hacia una política monetaria más estricta, así como el contexto geopolítico, han afectado las expectativas de crecimiento de Estados Unidos, por lo que ven un 27 por ciento de probabilidad de que se materialice un escenario de recesión económica este año. En marzo, solo veían un 5 por ciento de posibilidades.
En abril la inflación en ese país llegó al 8.3 por ciento, niveles no vistos desde 1981, por lo que la Reserva Federal (Fed) subió 50 puntos base a la tasa de interés de referencia, situación que no se veía desde el 2000.
Shalett aseveró que este tono más restrictivo por parte de la Fed, así como mayores precios de los insumos, podrían conducir a un freno en la demanda por parte de los consumidores, lo que mermaría significativamente las perspectivas económicas, conduciendo a Estados Unidos a una posible recesión.
Analistas de Focus Economics coincidieron en que existe un 30 por ciento de probabilidades de que EU entre en recesión este año, el dato más alto desde 2020, cuando inició la pandemia por coronavirus.
Analistas coinciden en que, si el país vecino del norte cae en recesión, México se verá afectado. Alain Jaimes, analista económico de Signum Research, dijo que México mantiene un estrecho lazo comercial con Estados Unidos, y un episodio recesivo podría afectarnos principalmente por el sector externo.
“Al registrarse una desaceleración en la economía estadounidense, las exportaciones, los flujos hacia México, las remesas y la potencial inversión podrían verse frenadas. Si bien los servicios han registrado una dinámica mejor a la esperada, México podría ver acotado su crecimiento potencial sin el apoyo de EU”, subrayó.
Jacobo Rodríguez, director de análisis económico de BW Capital, coincidió que, tanto las remesas como el sector manufacturero han significado un motor importante para la economía mexicana, por lo que un freno en EU afectaría.
“Desafortunadamente no hay factores locales que compensarían una contracción del sector externo, por lo que una recesión en EU impactaría de manera muy negativa a la economía local”, puntualizó.