Comenzaba el siglo XX y la aviación cobraba bríos al calor de la proeza de los hermanos Wright. Muchos querían emular aquel vuelo de 12 segundos por los cielos de Ohio y los madrileños no perdían ocasión de acudir a los primeros eventos aeronáuticos que se celebraban en la ciudad. Como el del 27 de marzo de 1910, en el que el piloto Edouard Stoeckel se presentó en Chamartín de la Rosa para desafiar a la gravedad con su monoplano Bleriot.
El relato de los cronistas de ABC refleja la pasión, el interés y la angustia a ratos que se vivió en aquel espectáculo. Aunque el vuelo como tal no estaba previsto hasta las cinco de la tarde, desde las tres...
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