A falta de fútbol convincente, buenos son los títulos. Lo certifica este Boca, que dispara casi todo el tiempo interrogantes sobre su funcionamiento irregular. Sin embargo, sigue sumando estrellas. Tenía razón Juan de Dios, el prestidigitador que había anunciado la conquista xeneize. Ahora, en Córdoba, en el estadio Mario Kempes, Boca explotó de felicidad. Goleó 3-0 a Tigre en la final y se quedó con la Copa de la Liga Profesional.
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