Aunque en los últimos meses ha vuelto a quemar carbón de forma puntual, la central de As Pontes tiene los días contados. Endesa prosigue con los trámites para cerrar la mayor térmica de España y ya cuenta con el permiso ambiental para desmantelar la planta. Pero el municipio sigue esperando a que se concrete algún proyecto de reindustrialización para la zona. De no llegar, el efecto en la economía y el empleo sería «devastador». Así lo atestigua un informe realizado por un equipo de economistas de la Universidade da Coruña (UDC), capitaneado por el expresidente de la Xunta Fernando González-Laxe. Encargado por el propio Ayuntamiento, pone cifras al impacto y estima cuál sería la compensación necesaria para minimizarlo.
El cierre de As Pontes, calculan los economistas, supondrá la desaparición de 1.178 puestos de trabajo en As Pontes (108 directos, 327 indirectos y 743 inducidos). A esta cifra habría que sumar otros 299 empleos que desaparecerán en el área de influencia de la planta. El paro en la localidad coruñesa se dispararía un 284,5% y «solo el 32,7% de los residentes mantendría su puesto de trabajo en la localidad». El impacto económico también sería brutal. «En términos de absorción interna de bienes y servicios registraría pérdidas porcentuales anuales del 49,1% de la producción total, el 45,6% del VAB, el 44,3% de las remuneraciones salariales y el 46,6% de la propiedad y los ingresos de la empresa», subraya el informe.
Expulsada del mercado eléctrico, Endesa anunció su intención de cerrar la térmica en 2019. Entonces, el precio del CO2 se había disparado. Para luchar contra el cambio climático, la Unión Europea diseñó un mercado similar a la Bolsa, en el que las eléctricas deberían adquirir los derechos de emisión del principal gas responsable del calentamiento global. El coste de producir electricidad con carbón estaba desbocado y la térmica se quedaba a menudo fuera de la subasta eléctrica. Otras fuentes energéticas cubrían la demanda. Aunque durante unos meses se planteó la posibilidad de reconvertir la planta para que usase biocombustibles, finalmente se descartó esta posibilidad y Endesa confirmó el cierre.
El impacto en el empleo se cubrirá durante algún tiempo por los trabajos de desmantelamiento del gigante térmico. En la solicitud del permiso ambiental, Endesa calcula que se prolongarán hasta el año 2027. Los efectos apuntados por el informe de la UDC serían tangibles a partir de esa fecha si no logra reindustrializarse la zona. Los economistas han calculado también «un indicador de la compensación mínima que sería necesaria para neutralizar este impacto». Estiman que As Pontes debería crear por lo menos «435 puestos de trabajo con salarios equivalentes a los de los actuales empleados». Además, tendría que generar 26 millones de euros anuales de Valor Agregado Bruto (VAB), un indicador que mide el valor del conjunto de bienes y servicios que se producen en un territorio durante un periodo de tiempo, descontando los impuestos indirectos y los consumos intermedios.
Alternativas
Para intentar reindustrializar la zona se han puesto en marcha diferentes iniciativas. En un contexto de descarbonización de la economía, para luchar contra el cambio climático, la Unión Europea ha decidido poner importantes sumas de dinero encima de la mesa. Con esos fondos, el Gobierno central ha aprobado ayudas para las zonas de transición justa. En Galicia, además de la comarca de As Pontes, se beneficiará también la de Cerceda, afectada por el cierre de la térmica de Meirama. En total han sido aprobados unos 211 millones de euros, según explicó el delegado del Gobierno, José Miñones, a los alcaldes. Una vez que Endesa logre la autorización para apagar la térmica de As Pontes, presentará también su propio plan, Futur-e, para buscar industrias que quieran asentarse en los terrenos que quedan libres.
Hasta el momento, las intenciones del grupo chino Sentury Tire de crear una fábrica de neumáticos 'low cost' en As Pontes es el proyecto más destacado en cuanto a la inversión, unos 522 millones de euros, y el empleo, alrededor de 750 puestos. La noticia saltaba en enero, pero la Xunta recalcaba entonces que todavía estaba en una fase de consultas preliminares y no había iniciado su tramitación. Aún falta tiempo para saber si finalmente la factoría se ubicará en As Pontes.
En la candidatura gallega para los fondos Next Generation, que la UE diseñó para revitalizar la economía tras la pandemia, también se contempla la instalación de una planta de hidrógeno verde en As Pontes. Pero nada se sabe de si podrá recibir esas ayudas públicas. Para cubrir el vacío de producción eléctrica, Endesa se ha comprometido a la instalación de parques eólicos. Sin embargo, aunque su instalación supondría un importante impulso al empleo, el mantenimiento necesita mucha menos mano de obra.
