Daniel Burman construyó un relato que habilita el ejercicio de la memoria apegándose a las normas de “una de espías”. La miniserie, basada en una investigación de no ficción, sigue a un policía que se infiltra en la colectividad judía. Los atentados en la embajada de Israel y la AMIA funcionan como un corolario horroroso a partir de un personaje que busca su redención.