«Permanezcamos unidos!», fueron las palabras con las que terminó el canciller alemán Olaf Scholz su discurso a la nación de fin de año. Y aunque se refería en primer plano al pueblo alemán, ante los retos económicos y políticos a los que se enfrenta, había también en esa llamada un velado mensaje a los socios de la coalición de gobierno, que todavía no ha cumplido un mes en ejercicio y está ya dando evidentes muestras de desacuerdo y falta de coordinación. No hay un solo asunto de actualidad en el que los tres partidos mantengan la misma posición. Los ministros verdes de Exteriores, Economía y Medio Ambiente, Annalena Baerbock, Robert Habeck y Steffi Lemke, están indignados con el plan de...
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