El heroico partido de Mallorca dejó tres triunfadores y una evidencia.
Ter Stegen rechazó todas las críticas con un paradón salvador. Sus repetidos golpes en el pecho fueron su respuesta a quienes dudan de su capacidad, que ven sepultada por los repetidos goles del Bayern. El sentido abrazo de
Piqué escondía también un mensaje. El otro ganador fue
Luuk de Jong, al que se ha maltratado viniendo desde la urgencia. Quizá no tiene nivel Barça pero su profesionalidad no se ha resentido en todo este tiempo. Es como otros jugadores que debieron marcharse por la impaciencia del entorno. Y el tercero es
Xavi. A pesar de tanta adversidad, el técnico no sólo ha sabido dotar al equipo de unas ideas con las que ir carburando sino que ha impuesto un método que ayuda a crecer al equipo, juegue quien juegue, ya sea un descartado, un futbolista del filial o un juvenil. ¿La evidencia? Es que se está a un punto de la Champions League. Inapelable. ¡Quién lo iba a decir!
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