Por mucho que enfrente estuviera un recién ascendido, hay que darle mérito al triunfo en
Son Moix. El segundo fuera de casa en esta
Liga tras dilapidar por ejemplo los de
Vigo y
Pamplona en dos finales para aprender. Más disculpa tuvo el sufrimiento de Palma, convertido en alivio por un sensacional
Ter Stegen, tras ver cómo
Xavi debía recurrir a los chavales
Álvaro Sanz y
Estanis Pedrola y antes a
Jutglà e
Ilias mientras rezaba por poder cumplir el reglamento que obliga a tener siete del primer equipo. Ante tantos tropiezos de rivales ligueros que deben dejar de serlo pronto, ganar era obligado pese a todo en un equipo que respondió una hora a sus señas de identidad sin 16 efectivos. Con la
Champions a tiro, sólo se puede ir a más mientras vayan llegando pilares de presente y futuro. Y a este
Barça, con el equipo al completo y fichajes, se le puede exigir que discuta la ‘semi’ de la
Supercopa al
Madrid, que aspire a la
Copa y ejerza de favorito en la
Europa League.
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