La Copa Davis ya conoce a sus dos finalistas. Con Croacia ya clasificada para la gran cita, Rusia hizo lo propio este mediodía tras vencer a Alemania, no sin polémica, al menos en lo ambiental, pues Daniil Medvedev, líder y número dos del mundo, y la grada del recinto madrileño tuvieron sus más y sus menos tras el fin del duelo. Los rusos solventaron por la vía rápida el enfrentamiento (no hizo falta llegar al dobles para el desempate), algo que desencantó a la grada española, que quería más tenis de alta gama.
Al acabar, y mientras los aficionados rusos celebraban su pase a la final, el resto del recinto ha empezado a pitar a Medvedev y este ha respondido con un gesto desafiante, pidiendo calma a los aficionados, un gesto similar al que recurría Cristiano Ronaldo cuando este se enfrentaba al Barcelona cuando militaba en el Real Madrid. De hecho, como ha explicado el ruso después, es precisamente esa celebración la que ha querido interpretar en el Madrid Arena, aunque con algo más de intención al plantar su pie en la pista: Madrid está tomada.
Esto no hizo más que aumentar la tensión y los silbidos fueron en aumento. Pese a todo, Medvedev se ha parado a firmar un buen puñado de autógrafos de camino a los vestuarios.
El tenista suavizó la polémica tras el encuentro en rueda de prensa, y aseguró que el gesto era un guiño a sus compañeros de equipo. Sin embargo, tuvo un mensaje para la afición española. «Vencer a España fue increíble, estamos muy felices de batir a los anfitriones. La gente todavía no sabe como hacer que pierda. Si quieren que pierda deben apoyarme, no abuchearme», declaró.
«En la pista no tienes tiempo para pensar como ahora, después, en la que te preguntas y tienes tiempo para pensar una respuesta. En la pista todo son emociones. Quería hacer algo para celebrar. En nuestro equipo siempre hcemos eso de "calma" cuando jugamos a las cartas o al fútbol o a lo que sea. Lo que hacía Cristiano Ronaldo cuando jugaba en el Madrid. Así que decidí hacer lo mismo. Pensé que sería divertido, pero creo que ha sido una mala decisión. Prefieres que la gente te apoye, pero si no, tienes que ganar igual, contra el público y tu oponente», prosiguió después en su explicación en la rueda de prensa.
También subrayó que la adrenalina de los partidos hace que haga cosas sin pensar premeditadamente. «Esto lo digo al cien por cien: sinceramente, no quiero provocar al público a propósito. En la pista estás tú solo, con 20.000 personas en las gradas, a veces apoyándote, a veces contra ti, a veces cincuenta-cincuenta. Si hago algo que pueda provocar al público no es para hacerles sentir mal o tristes o que se pongan contra mí. Es algo que siento en ese momento. Y lo ves en todos los deportes. Es pura emoción. No es algo falso o premeditado. A veces me he arrepentido y no ha sido bueno. Cometes errores y aprendes».
