Teresa Monter es una guerrera del Valle del Mezquital, como muchas que hay en la regi?n, en Hidalgo. Es una mujer que se levanta todos los d?as, desde las 5:30 de la ma?ana, porque tiene una ilusi?n, una meta que alcanzar cada nuevo amanecer y que le ayuda a seguir adelante y a observar la vida desde otra perspectiva, tras haber sido diagnosticada con c?ncer dos veces en su vida.
Despu?s de sobrevivir a esta enfermedad, y quedar con pocos recursos econ?micos tras los tratamientos para combatir el c?ncer, decidi? darse la oportunidad de vivir en algo que le apasiona desde que era una ni?a: cocinar, as? que cre? "La Cocinita de Panales", en donde deleita a sus clientes con guisados que solo las cocineras tradicionales saben hacer.
"En 2012 me diagnostican con c?ncer de mama, as? que el a?o pasado, pues quise celebrar esta oportunidad de vida y lo hice con esta sesi?n de fotos porque c?mo no voy a festejar estar con vida desde hace diez a?os, e hice algo maravilloso.
"El segundo diagn?stico fue en 2017: c?ncer en columna, en dos v?rtebras. El diagn?stico es cruel, fatal y en este caso, no sab?a si saldr?a en silla de ruedas. Sientes miedo pero soy creyente y, aunque muchas veces ped? a Dios que no me pusiera esta prueba, aqu? estoy, sobreviviendo al c?ncer, y no me rendir? porque amo la vida", sostiene.
Tere lleva la cuenta: 19 quimioterapias y 30 radiaciones, cada una provocando afectaciones en su cuerpo, dolores, cansancio y algunas veces, depresi?n; pero nada que la pueda detener en su lucha por disfrutar de la vida que mira con mayor sencillez y admiraci?n, "porque ahora platico con el sol, las estrellas, la luna, los paisajes que me ofrece este hermoso Valle que nos brinda cada ma?ana escenarios ?nicos e incre?bles", dice.
Pero nada m?s senador que deleitar a las personas que acuden a su cocina, su plan perfecto para seguir creciendo, fortaleci?ndose, y seguir creyendo en Dios, que asegura le ha dado la fuerza para amar a?n m?s la vida.
"Cuando te dicen tienes c?ncer sientes que te estremeces, que no volver?s a ver a tus seres queridos, que es incierto el futuro que te espera porque no sabes que sigue y el tiempo m?s cruel de la enfermedad, es cuando no sabes cu?l es el procedimiento que sigue, sientes estr?s, pero cerr? los ojos y conf?e en Dios, y aqu? sigo y disfruto de mi vida que es m?s plena, disfruto a mis doce nietas y nietos, a mis hijos, disfruto ver la salida y la puesta del sol desde la ventana de mi casa, esa es la vida", dice.
Desde que Tere era una ni?a disfrutaba de estar en casa de su abuela paterna, Natalia ?ngeles, cocinera tradicional de Santiago de Anaya, de quien aprendi? la sabidur?a ancestral de preparar platillos diversos con flores, plantas y el saz?n que se desprende de las manos de cada cocinera.
El recuerdo de esa calidez, de ese momento de expresi?n amorosa entre platillos, tortillas de ma?z hechas con manteca, del olor a la le?a quemada, las risas, las l?grimas y los miles de minutos que pasaba rodeada de su familia en una cocina tradicional, es lo que la llev? a poner su propia cocina, rodeado de plantas, y en la que encierra cada d?a los recuerdos de la terrible enfermedad que mutilo parte de su cuerpo, pero no el ?nimo ni el amor por la vida.
"En este momento me siento agradecida con la vida, con la luna, las estrellas, que son las que con platic?, con Dios, con el universo que me han mantenido viva, viendo con amor a mis hijos, tengo una vida plena, soy feliz cocinando, lo disfruto y no, no me canso cuando estoy haciendo lo que me gusta, son mis ra?ces y el amor a mi familia que me mantiene en pie", dice.
Tiene historias que contar, mensajes que expresar y platillos que compartir, como aquel guisado de carne de puerco con chile morita que nunca falta en este lugar, tampoco el mole verde o las tortitas de huazontle en mole rojo, porque es en cada platillo que sirve que le da gracias a la vida por la oportunidad de estar viva y que s siente bendecida "cuando me regresan los clientes los platos limpios, porque s? que les gust? y es una bendici?n m?s de todos los d?as", concluye.
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