Luis Suárez jugaba por primera vez ante el Barça en el Wanda Metropolitano, el año pasado no pudo hacerlo por estar de baja con coronavirus, y apenas tardó 45 minutos en marcar. Su primer tanto a su exequipo llegó acompañado de una excepcional jugada iniciada por Joao Félix, que filtró un gran pase a Lemar para iniciar el contragolpe del Atlético. El francés, autor del primer tanto, levantó la cabeza y vio completamente desmarcado a Luis Suárez. El balón llegó al uruguayo después de un fantástico pase medido, a media altura, que evitó a Piqué. Una vez frente a Ter Stegen, Suárez no vaciló y alojó el balón en la red con un disparo cruzado y raso.
Inmediatamente después Suárez salió corriendo hacia el córner y juntó las manos en señal de perdón. A la vez, miraba al cielo del Metropolitano y le daba tiempo a hacer el gesto de los tres dedos, dedicado a sus hijos. Esa rutina sí la mantuvo. «Ya sabía que si marcaba pediría perdón. Por el respeto, el cariño, por el momento que están pasando los compañeros. Por respeto», explicó el uruguayo tras el partido en la cámara de Movistar+.
No fue el único gesto polémico. Suárez también realizó otro mirando a la grada, mientras simulaba que hablaba por teléfono. Coincide con que Koeman se encontraba por ahí, sancionado, mientras enviaba instrucciones por teléfono a sus ayudantes: «Era para la gente que sabe que tengo el mismo número y que todavía sigo usando el teléfono. No era para Koeman. Si él lo quiere tomar a pecho... Había quedado con mis hijos en tono de broma que haría eso», dijo, sin explicar demasiado bien a qué se refería.
Suárez, que inició la temporada de forma dubitativa, ha enganchado tres buenos partidos marcando: doblete ante el Getafe, gol decisivo en Milán y este sábado, ante el Barcelona. Al ser sustituido, se marchó ovacionado por el Metropolitano: «La gente el año pasado sufrió por no poder disfrutar el título de Liga. Sé el cariño que me tiene la gente y trabajo duro y fuerte para mantener al Atlético arriba».
