La última vez que Iñaki Williams (Bilbao, 1994) no jugó un partido de Liga fue el 17 de abril de 2016, un duelo contra el Málaga. Desde entonces, el delantero del Athletic ha participado en todos y cada uno de los encuentros disputados por su equipo en Primera división. En total, 202 citas que le convierten en el futbolista, junto a Larrañaga, que más partidos seguidos ha jugado en la historia del campeonato español.
Hoy, en el partido contra el Valencia, Williams fue para igualar al mítico jugador de la Real Sociedad. Antes, en marzo, había hecho lo propio con otro mito rojiblanco, si bien este alcanzó los 184 partidos consecutivos con dos camisetas diferentes. Zubizarreta empezó su marca con el Athletic el 23 de septiembre de 1984 y la cerró con el Barcelona el 10 de junio de 1989. Un registro que pudo haberse malogrado por el episodio que vivió el 31 de mayo de 1987. Aquel día, un aparatoso choque entre el portero y Magdaleno, delantero del Mallorca, obligó a evacuar a una clínica de la zona a ‘Zubi’. La cosa no fue a mayores, se recuperó rápido y pudo ponerse los guantes en el siguiente partido de Liga.
Arconada, quien lo jugó todo con la camiseta de la Real Sociedad desde el 16 de abril de 1978 hasta el 4 de diciembre de 1983, es el tercero en la lista de futbolistas con más partidos seguidos, era portero y nunca fue sustituido (188). En el caso de Larrañaga, el primero de la nónima hasta que, presumiblemente, sea superado pronto por Williams, solo vistió una camiseta en toda su carrera profesional, también la ‘txuri urdin’. El zaguero comenzó a sumar encuentros de forma consecutiva el 1 de junio de 1987 contra el Sevilla y terminó de hacerlo el 22 de noviembre de 1992 contra el Real Oviedo. En total, 202 duelos y solo en siete no completó los noventa minutos.
En cuanto a Iñaki Williams, ha sido titular en la mayoría de partidos jugados, lo que habla de su importancia dentro de la plantilla bilbaína. Todos sus entrenadores, Valverde, Ziganda, Berizzo, Garitano y Marcelino, han encontrado en el nueve rojiblanco a un jugador de su máxima confianza.
En un fútbol con un calendario apretadísimo y en el que se imponen las rotaciones, sobre todo a raíz de la pandemia de coronavirus, Williams no solo ha demostrado ser capaz de aguantar el frenético ritmo de jugarlo todo, sino que además lo ha hecho siendo capital para sus compañeros.
