Los fieles seguidores del boxeo cubano vistieron luto este miércoles tras conocerse la noticia del fallecimiento del expugilista antillano Orlando Martínez Romero, primer campeón olímpico del deporte revolucionario.
Orlandito, o el «zurdo de Juanelo», como cariñosamente se le conocía, no pudo ganarle la pelea al Alzheimer que padecía y sucumbió ante la enfermedad a los 75 años de edad, dejando tras de sí una brillante estela de triunfos en los cuadriláteros del mundo desde que en 1963, subiera al ring del gimnasio Luyanó Moderno, por primera vez.
Nacido el 2 de septiembre de 1946 en La Habana, Martínez Romero compitió bajo los cinco aros de México 1968, Múnich 1972 (siendo el primero de los púgiles cubanos que subió a lo más alto del podio, tras vencer en la final al mexicano Alfonso Zamora) y Montreal 1976.
Además, fue campeón panamericano en México 1975 y bronce en los Juegos Centroamericanos de Santo Domingo 1974, siempre en los 54 kilos. También dominó en tres ocasiones los torneos internacionales Giraldo Córdova Cardín y varias veces resultó monarca nacional.
Considerado un maestro del contragolpe y dueño de una velocidad de manos y piernas que para la mayoría de sus contrincantes lo hacían ser un blanco muy difícil al que atinarle, luego de retirarse del deporte activo se dedicó a enseñar a las jóvenes generaciones, tarea que cumplió igualmente con éxito.
Las principales autoridades del deporte cubano no demoraron en expresar sus condolencias ante la pérdida del querido boxeador, cuyos restos reposarán en el panteón de las glorias del deporte de la Necrópolis de Colón.
