Más de 6.700 locales de Madrid capital tienen terrazas. De ellas, en torno a 2.000 son nuevas y más de 1.500 establecimientos han ampliado la superficie que poseían antes de la pandemia provocada por la Covid-19. Esta nueva realidad ha supuesto un cambio considerable del paisaje urbano y ha afectado a la convivencia vecinal. «Ni todos los vecinos somos usuarios de terrazas ni los hosteleros son vecinos. Ellos se van a descansar a su casa y a nosotros nos dejan con el ruido, la basura y los borrachos», denuncian los residentes del centro de la capital, quienes rechazan la propuesta de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, de extender el permiso de los hosteleros dos o tres años más.
Las asociaciones vecinales de los distritos con mayor presión -Centro, Chamberí y Retiro- lamentan los problemas de accesibilidad que ocasionan en las aceras donde se han desplegado. «Suponen una clara alteración de la movilidad de los peatones, especialmente grave en el caso de personas con movilidad reducida. Pese a que ‘a priori’ las terrazas han de cumplir un régimen de distancias óptimo y que permita los itinerarios rectos, en la práctica los elementos de las terrazas invaden de manera masiva y descontrolada el espacio público convirtiendo la movilidad peatonal en una auténtica carrera de obstáculos», lamentan.
A ello se suman las quejas por la falta de limpieza. A pesar de que la actual ordenanza obliga a los titulares de las instalaciones a mantener limpio el entorno y a recoger la suciedad de manera continua, en la práctica, aseguran los vecinos afectados, «no se cumple y los entornos de las terrazas suelen ser zonas que acumulan gran suciedad en el suelo».
El Ayuntamiento trabaja ahora en la modificación de la ordenanza de Terrazas con el propósito de alcanzar un consenso en torno a un texto «equilibrado», en palabras de Villacís, donde prime el hacer un buen aprovechamiento del espacio público, poner coto a los «abusos» y «proteger al vecino». En el nuevo texto se tendrán en cuenta especifidades, «con zonas tensionadas que tienen que tratarse de forma distinta». «En determinados sitios se tendrá que limitar y en otros favorecer», expuso Villacís, tras declarar que lo ocurrido en Madrid con las terrazas «es bueno».