La subida del salario mínimo en 15 euros mensuales ya desde septiembre, finalmente pactada entre Díaz y los sindicatos, ha agravado la crisis en el Gobierno, que hasta el jueves mismo mantuvo una dura batalla interna al respecto. Es de sobra conocido que dos vicepresidentas, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, llevan meses a la gresca, incluso hasta por si la subida se aplicaba ya en septiembre o se esperaba a octubre. Y todo, coaccionando al empresariado, que ha quedado al margen del acuerdo. El pulso lo ha perdido Calviño, cada vez con menos peso en el gabinete de Sánchez, y la medida nace de la enésima fractura entre el PSOE y Podemos. El presidente sabrá si mantiene a la vicepresidenta económica en la mesa del Consejo de Ministros solo como una mera coartada para conservar una determinada imagen en Europa. Lo que sí sabe ya Calviño con mucha claridad es que Díaz ejerce cada vez más influencia sobre Sánchez y que acumula más poder.
