La denuncia a Urbanismo por el uso indebido de una azotea es el prólogo de un calvario que sufre un hostelero de la calle Gamazo. Desde 2017 lleva recibiendo denuncias de parte de una vecina que vive en el mismo edificio donde el afectado tiene su taberna y también su hogar. Las constantes visitas de la Policía Local le han llegado a minar la salud, como así lo acredita un forense, y también su cartera de clientes. Pero las tornas han cambiado. Una juez de Sevilla ha calificado indiciariamente la situación que soporta el tabernero como acoso y la Fiscalía le pide ahora a la vecina nueve meses de cárcel y el pago de una indemnización. Ésta podría ser la...
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