Puede que vivan en las profundidades del mar, tengan ocho brazos y procesen información en ganglios fuera del cerebro. También que su evolución se separara hace más de 500 millones de años de la que siguieron los seres humanos. Sin embargo, los pulpos tienen sensibilidad y sufren dolor. Y lo mismo ocurre con el resto de cefalópodos (como calamares o sepias) y con los crustáceos (como cangrejos, langostas, camarones y gambas).
Así lo defiende un grupo de diputados británicos conservadores, que quiere que estas especies sean protegidas bajo la misma ley que salvaguardará el bienestar de los animales vertebrados. La norma reconoce la sensibilidad animal, incluida la capacidad de sentir dolor y sufrimiento.
Para apoyar sus afirmaciones, la Conservative Animal...
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