Hace un año, Nueva York era el foco global de la pandemia de Covid-19. Los casos se habían disparado en la ciudad y sus suburbios, los hospitales se colapsaban, se había decretado el confinamiento generalizado y las autoridades se demostraban incapaces de controlar la expansión del virus. Entre otras razones, por la escasez de test para diagnosticar el virus. Ahora se alega que, mientras eso ocurría, la máxima autoridad del estado, su gobernador, el demócrata Andrew Cuomo, dio acceso prioritario a los test a familiares y personalidades poderosas de Nueva York.
Lo han desvelado informaciones de medios como el Times Union de Albany –la capital del estado de Nueva York–, The Washington Post y The New York Times. Entre los beneficiarios de ese acceso prioritar io estuvo su hermano, Chris Cuomo, uno de los presentadores estrella de la cadena CNN, y que durante la crisis sanitaria del Covid entrevistó en varias ocasiones al gobernador para celebrar su gestión (en una de las ocasiones le llegó a preguntar con insistencia si no se presentaría a la presidencia de EE.UU. por su manejo de la pandemia).
También se hicieron test de forma prioritaria la madre de Andrew Cuomo –a la que el gobernador mencionó en muchas ocasiones en sus apariciones diarias en televisión en lo peor de la crisis–, una de sus hermanas y decenas de otros VIP de Nueva York que se beneficiaron de un programa de test especial y no divulgado por la oficina de Cuomo.
Según estas informaciones, el personal sanitario iba en persona a la mansión en los Hamptons de Chris Cuomo o a apartamentos de lujo en Manhattan, recogían las muestras y las llevaban con patrullas de policía estatal hasta un laboratorio en Albany. Allí las procesaban de forma prioritaria sin poner sus nombres, solo con iniciales o números.
Mientras tanto, Cuomo protestaba de forma pública por el acceso limitado a test que la Administración de Donald Trump proporcionaba al estado de Nueva York, y se pedía a los ciudadanos con síntomas que no fueran a los hospitales a hacerse la prueba por la escasez de test.
La oficina de Cuomo solo ha respondido con un comunicado en el que ni admite ni niega las alegaciones, y solo ha reconocido que «en algunos casos fuimos a la casa de algunas personas» que tenían miedo de haber contraído el virus y podrían contagiarlo y que entre ellos había «legisladores, reporteros, empleados del estado y sus familias».
La nueva revelación se amontona en los escándalos que asedian a Cuomo. Una decena de mujeres le han acusado de acoso sexual, por lo que hay abierta una investigación de la fiscal general del estado. Además, republicanos y demócratas de Nueva York le han acusado de ocultar datos sobre muertes en residencias de ancianos. El trato prioritario a familiares durante la crisis es un golpe más a un Cuomo que cada vez parece más un cadáver político.
