Fernando Ortiz nos comparó con un ajiaco, un caldo que se cuece a partir de la mezcla de diversos ingredientes, esa es la realidad del cubano; pero no basta con el discurso de asumirnos mestizos, sino con interiorizarlo y poder realmente actuar en consecuencia
Este 21 de marzo se celebra el Día Internacional contra la Discriminación Racial, una fecha a la que Cuba llega con el chequeo sistemático de un Programa nacional contra el racismo y la discriminación, aprobado en el 2019. Sus objetivos: identificar las causas de la problemática y diagnosticar acciones a desarrollar.
Cuba es un pueblo mestizo, decía recientemente el historiador Rolando Rensoli Medina, no solo en el orden cultural, sino también en el orden de nuestra formación genética. «Don Fernando Ortiz no nos comparó con una ensalada mixta, donde todos los componentes están ahí bien separados. Nos comparó con un ajiaco, y el ajiaco es un caldo que se cuece a partir de la mezcla, y esa es la realidad del cubano; pero no basta con el discurso de asumirnos mestizos, sino con interiorizarlo y poder realmente actuar en consecuencia», afirmaba.
La batalla no será fácil, porque persisten, enunciaba el historiador, «patrones históricamente heredados, que gravitan sobre nuestra sicología social y afectan mucho la autoestima de las personas, y eso tiene que ver con el racismo».
En medio de estas palpitaciones por emanciparnos, confiemos entonces en la espontaneidad y sensibilidad de las nuevas generaciones para obrar transformaciones que nos harán mejores.
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