Arrimadas ha reconocido haber cometido errores y ha dicho lamentar sobre todo el no haber sabido comunicar a los españoles el motivo de la moción de censura fallida en Murcia, justificada -ha reiterado- por la situación "tan grave" que existía en la Región y que es lo que ha desencadenado un terremoto de consecuencias imprevisibles para el partido, que se suma a la crisis abierta por los malísimos resultados en las elecciones catalanas. De momento, han perdido de un plumazo el control en dos de las cuatro comunidades en las que gobernaba con el PP (Madrid y Murcia) y ha roto su relación con Génova.
Tras asumir las equivocaciones cometidas por la formación naranja - "Y tanto que hemos cometido errores", ha admitido-, Arrimadas ha recalcado que en este momento de crisis ha decidido "ser valiente y dar un paso al frente", como siempre ha hecho, la última vez cuando hace un año asumió la Presidencia del partido. Y con ella, ha dicho, el resto de sus compañeros y su equipo, convencidos todos de que "en los momentos difíciles es cuando hay que dar más pasos al frente", sobre todo porque hay "muchos españoles" que creen en el proyecto de Ciudadanos.
Una formación que ha definido como el "único partido de centro liberal limpio de España", que no busca enemigos y contra el que sin embargo hay una "operación", ha denunciado, para intentar acabar con él porque es "incómodo". Su principal argumento en este sentido es que "luchamos contra la corrupción, no la tapamos" y que, siendo "socios leales", no pueden ser "cómplices" de las prácticas corruptas.
Según Arrimadas, sus compañeros de Murcia "no podían más" ante la situación que estaban experimentando en el Gobierno de coalición de la Región, con abundantes irregularidades y "casos espeluznantes" de "hostigamiento, señalamiento, amenazas y ofrecimientos". Un panorama de corrupción que justificaba la moción de censura presentada contra Fernando López Miras junto al PSOE y cuya gravedad, según ha lamentado, no ha logrado transmitir debidamente a los españoles.
En cuanto a las deserciones de cargos del partido al PP, ha señalado que permiten "ver la diferencia entre los verbos ser y estar", porque "hay personas que estaban en Cs, pero no son de Cs". Ha apostillado que este partido, igual que "tiende puentes", lucha contra la corrupción tanto "de un bando como de otro", a riesgo de que "unos te llamen facha y otros traidor".
Al defender la viabilidad de su proyecto, Inés Arrimadas se ha mostrado preocupada por el riesgo de "polarización" política, pero no porque pueda "destruir" un partido, sino porque puede "destruir a todo un país".
Y ha puesto la Comunidad de Madrid como ejemplo de esta "división"; en este territorio por primera vez existe, ha alertado, el riesgo de que el "populismo" entre el Gobierno regional, lo que hace en su opinión "más necesario" a Ciudadanos, ha concluido.
Con el objetivo de contener la sangría de fugas y buscar una solución a la crisis tan grave que atraviesa el partido, casi más que la que generó el 10-N y la dimisión de Albert Rivera, Arrimadas ha ampliado su equipo de siete a quince miembros. Así, Arrimadas seguirá acompañada en ese órgano por Marina Bravo como secretaria general, por el portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, que a partir de ahora ejercería también como portavoz de la Ejecutiva, por la exdiputada Melisa Rodríguez, que pasaría de portavoz a portavoz adjunta, y por Borja González, que estaba como secretario de Organización.
También Carlos Cuadrado y el diputado José María Espejo-Saavedra continuarían formando parte del Comité Permanente, pero ya no ocuparían los cargos de vicesecretario general primero y vicesecretario general adjunto, como hasta ahora. Poco antes de que comenzase la reunión de la Ejecutiva, Cuadrado y Espejo habían comunicado su decisión de "dar un paso al lado" y dejar esos puestos, en los que se encargaban de diseñar la estrategia del partido, pero seguir como miembros del Comité Permanente.
Además, la líder de Cs suma a la cúpula del partido a Juan Marín y Begoña Villacís, así como el coordinador en la Comunidad de Madrid y expresidente autonómico, Ignacio Aguado; los diputados Guillermo Díaz y Sara Giménez; el portavoz en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner; el portavoz en las Cortes de Aragón, Daniel Pérez; y el eurodiputado Jordi Cañas.
Toni Cantó sí que no se ha contentado con estos cambios y ha decidido marcharse y algunos piensan, incluido el nuevo portavoz del partido, Edmundo Bal, que es cuestión de tiempo que acabe en el PP, siguiendo el mismo camino que ha tomado el que fuera secretario de Organización con Albert Rivera, Fran Hervías, hasta ahora senador, en el marco de esta operación de los populares para captar a cargos de Ciudadanos.
La marcha de Hervías pese a la traición que supone irse al PP ha sido en parte un respiro para Ciudadanos, según han reconocido a Efe varios miembros de la ejecutiva, por ser una persona que maniobraba desde hacía tiempo en contra de los intereses naranjas, pero la salida de Cantó ha dejado un poso muy amargo, aunque tampoco les ha cogido de sorpresa.
Llevaba tiempo "desconectado" del proyecto, aseguran algunos, que le reprochan que haya presentado su dimisión a los medios de comunicación, en lugar de haberlo hecho dentro de la ejecutiva, donde según Bal, no ha querido debatir sino imponer sus ideas.
Cantó, que había abandonado la extinta UPYD para militar en Cs, deja ahora la Ejecutiva y su acta en les Corts después de rechazar la oferta de incorporarse a la nueva dirección que le ha hecho Arrimadas, cuya cabeza ha pedido.
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