Inés Arrimadas ha cerrado en falso la mayor crisis de Ciudadanos (Cs). Un mes después del cónclave posterior a la debacle catalana, la líder de los liberales pone un parche en su dirección con la renuncia de sus dos hombres fuertes a sus vicesecretarías y la ampliación de su Comité Permanente, núcleo de decisión del partido.
El portavoz de Cs en la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, ha dimitido tras exigir sin éxito dos cuestiones: la dimisión de toda la cúpula tras una estrategia «bochornosa» que les ha llevado a perder dos de sus cuatro gobiernos autonómicos, y que Cs buscase una coalición con el PP en la Comunidad de Madrid por el bien del centro-derecha y de «la libertad».
Muy crítico, en el cónclave ha lanzado sus peticiones y al ver que no tenía apoyos se ha marchado de la reunión y ha anunciado su dimisión ante los medios. A sus compañeros dentro, ha dicho después Edmundo Bal, no les ha mencionado nada. Ni siquiera, asegura, ha escuchado réplicas de quienes discrepaban de él.
Fuentes del partido creen que lo de Cantó se veía venir desde hace tiempo y que a nadie podía sorprenderle, con lo publicado estos días en prensa, lo que ha pasado hoy. Pero lo que sí dolió en el partido fue la «traición» de los «tránsfugas» de la Región de Murcia y, sobre todo, el abandono de Fran Hervías y su incorporación al PP.
Un dirigente histórico de Cs garantiza a este diario que no se esperaba el movimiento y que aunque Hervías siempre se hubiese manifestado crítico con la estrategia de Arrimadas -dice que también lo fue en el pasado con otras aproximaciones a la izquierda-, nadie podía suponer, con su discurso en favor de la regeneración, que cambiase de bando.
Sin atender a la prensa
Arrimadas, refugiada en la sede en todo momento, ha realizado tres horas después de la conclusión del cónclave una declaración sin atender preguntas de la prensa. Su discurso, en el que ha asumido errores, pero sin citar ni uno solo ni hacer mención a la pérdida de los Gobiernos de la Región de Murcia y de la Comunidad de Madrid, ha sido victimista, autodefensivo.
La imagen, rodeada de su nueva cúpula, buscaba una unidad y transmitir un cierre de filas a la interna. Sin Cantó, a quien sitúan en el PP, pero el resto todos juntos. Cuadrado y Espejo, los dos señalados por las voces críticas del Comité Ejecutivo, en un notorio segundo plano.
Arrimadas ha hablado de una campaña orquestada por el PP para «comprar» cargos de Cs. Un contenido similar al de Bal, que será reforzado como nuevo portavoz nacional, pero con distinto tono.
Después, ha optado por reivindicar el espacio ideológico de Cs. El espacio, y su necesidad, según ella, ante una España «polarizada y radicalizada». En clave madrileña, ha lanzado el mensaje de que sin Cs, al que la última encuesta de ABC relega al extraparlamentarismo, el «populismo de un lado y de otro» es muy probable que entre por primera vez en el Gobierno regional. El miedo a Vox y a Pablo Iglesias. Fuentes asistentes a la reunión daban hoy por hecho que Ignacio Aguado será el candidato, pero aún deben celebrarse primarias.
Arrimadas reestructura su ejecutiva, pero no cesa ni a Cuadrado ni a Espejo. Son ellos los que dan un paso al lado y renuncian a acarrear todo el peso estratégico del partido. Marina Bravo sigue de secretaria general, pero ahora debería asumir los galones que en la práctica llevaban Cuadrado, que se centrará en las Finanzas, su parcela eterna, y Espejo, al frente del grupo parlamentario en el espejo.
Fuentes presentes señalan que la idea es recuperar un organigrama más clásico, con secretarías específicas, y probablemente con un secretario de Comunicación. Una figura que desapareció con el final de la gestora. La toma de decisiones pretende ser colegiada, aunque habrá que ver cómo se adaptan a su nuevo rol Cuadrado y Espejo.
Arrimadas incorpora a voces críticas, como Juan Marín, Begoña Villacís o Ignacio Aguado, pero también a otras afines a la presidenta como Guillermo Díaz o Daniel Pérez. La idea es escuchar a más voces en el día a día del partido y también que haya un peligro territorial. A Cantó también se le había ofrecido estar, pero lo ha rechazado. Fuentes de su entorno apuntaban estos días que sopesaba optar a liderar Cs si Arrimadas daba un paso a un lado.
A propuesta de Bal, se ha votado una propuesta para condenar la supuesta campaña del PP para «comprar» a personas de Cs. Una iniciativa que Cantó, partidario de avanzar hacia una coalición con los populares, se ha negado a votar. El resto la han secundado, lo que ha servido para construir el discurso más difícil de Arrimadas, un año y una semana después de vencer las primarias de Cs.
Se incorporan también al Comité Permanente Sara Giménez, Fernando Giner y Jordi Cañas. Y siguen el secretario de Organización, Borja González, y Melisa Rodríguez, relegada a portavoz adjunta.