Si tradicionalmente la compra de bonos o renta pública era uno de los refugios para los inversores más tradicionales, con los estímulos que actualmente han puesto en marcha los bancos centrales, en concreto el BCE, este producto ha pasado a no estar entre los circuitos de inversión con mayor popularidad en lo que va de año.
Pero, ¿se sabe realmente en qué consisten?
Lo primero que hay que tener en cuenta son las circunstancias. Actualmente, la deuda pública está en jaque por la credibilidad de los distintos gobiernos y su capacidad de sacar adelante unas cuentas que se han visto lastradas por una pandemia a nivel mundial.
Este hecho es el que ha retirado a muchos inversores que preferían elegir al estado antes que a la empresa privada a la hora de invertir.
Creadas a finales de los años 80 por el Gobierno de España, las Letras del Tesoro garantizaban cierta rentabilidad en distintos plazos que iban desde los 3 meses hasta el año. La ventaja que tenía era que el plazo en el que operaban, una vez se adquirían en subasta pública, era corto, lo que permitía poder disfrutar de los beneficios en un periodo corto.
Otra de sus ventajas era el precio. Partiendo de mil euros, se podía hacer con una letra y, así, en múltiplos de esta cantidad. Esto garantizaba, además, una diversidad de inversores que podían comenzar con cantidades bajas para luego ir incrementándolas si su situación económica lo permitía.
Por el contrario, quien apostaba por la adquisición de bonos y obligaciones del estado pasaba a entrar en una cartera que tardaba más en ofrecer la rentabilidad. Era la opción perfecta para aquellos que buscaban dejar cierta inversión rentando durante un tiempo determinado cuyos vencimientos arrancaban en los 2 años en el caso de los bonos y 10 años en el caso de las obligaciones.
Actualmente, al no ser rentables o no generar interés por los tipos que ofrecen, los inversores han buscado otros mercados en los que apostar por conseguir rentabilidad en plazos parecidos.
Algunos optan por el mercado de divisas. Para probar basta con una cuenta Forex demo en la que poder ver cómo funcionan los pares y distintas opciones de apalancamiento si lo que se busca es una rentabilidad rápida. La ventaja de este mercado es que se puede sacar partido de la volatilidad de ciertas divisas y que el mercado está 24 horas funcionando, lo que no cohíbe las posibilidades de operación.
Para quienes buscan medio o largo plazo, la opción pasa por las criptomonedas o bolsa. El hecho de esperar a ver si siguen incrementándose en sus cotizaciones hacen que sean el plan de inversión perfecto siempre que se piense bien cuál sería el plazo para valorarlo. En el caso de las cripto, por ejemplo, quien pensara esto hace unos años ha conseguido una rentabilidad única, algo que parece puede pasar con criptomonedas como el Ethereum o Cardano.