Tener a los empleados preparados y contar con unos sistemas actualizados para limitar los riesgos al mínimo. Esas son las dos claves para que un ciberataque en el que se utiliza Ryuk, el virus que 'hackeó' ayer al SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), no consiga paralizar a la compañía o institución pública a la que pretende infectar. Este 'malware' (es decir, virus informático), de origen ruso y activo desde verano de 2018, se ha convertido una de las principales amenazas a las que un organismo público y una empresa privada hacen frente en internet, especialmente cuando no tiene sus sistemas adaptados a los tiempos que corren, como es el caso del organismo encargado de pagar los ERTES a los...
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