Cuando se habla de las predicciones o las proyecciones de cuánto va a crecer la economía mexicana este año 2021, lo primero que es importante, es aclarar dos puntos, primero, la base del crecimiento para 2021, es el nivel reducido del PIB real en 2020, el cual, si bien aún no se cuenta con la estimación oficial del INEGI, basados en el último indicador reportado para el Índice Global de la Actividad Industrial, podría ser de alrededor del menos 9 por ciento en términos reales, por lo que la base para crecer sería 91 y no 100, que aquí lo asociamos al nivel previo a la crisis, y el segundo punto, es que la economía mexicana ya estaba en recesión económica desde 2019, previo a la pandemia.
Lo primero que queda claro, entonces, es que la base del crecimiento para 2021, es mucho menor a la que se hubiera tenido en ausencia de la pandemia, por lo que el crecimiento real esperado para 2021, será mayor al que se hubiera generado sin la crisis económica actual.
Otra consideración importante, es que primero habría que “recuperar” el nivel del PIB real, previo a la pandemia, antes de propiamente hablar de “crecimiento”, ya que esto sería únicamente después de habernos recuperado de lo perdido en 2020.
De tal suerte, será mucho más fácil “recuperar” el nivel de producción previo a la crisis, que aumentarlo, ya que para conseguirlo, no se requerirán de nuevas inversiones, sino de “reabrir” u operar a capacidad plena los negocios ya existentes antes de la crisis, y que por disposiciones oficiales, o por cambios en los hábitos de consumo, han reducido sus niveles de operación.
Considerando la posibilidad de que los cambios en los hábitos de consumo, van a configurar una “nueva normalidad” que definirá menores niveles de producción, una vez que se haya resuelto la pandemia y la crisis sanitaria, introduce un factor de incertidumbre al análisis, ya que no sabemos cuántas actividades van a ser afectadas, ni en qué medida.
Por ejemplo, la ocupación de oficinas, sabemos que el “home office” que se hizo necesario durante la pandemia, puede haber llegado para quedarse en algunos casos, y que pasada la pandemia, muchos negocios consideren que quizás ya no necesitarán tantos espacios de oficina para operar, ya que una parte de sus servicios pueden ser realizados a distancia, lo que se reduciría el número de oficinas rentadas, una vez terminada la pandemia.
Por otro lado, si la crisis económica consumó el cierre definitivo de algunas empresas, simplemente no será posible recuperar el nivel de producción previo a la crisis, en la ausencia de estos productores, y sería necesario que nuevos competidores se integraran al mercado, lo cual ya es más difícil a solo “volver a operar”.
Un caso como el anterior, sería por ejemplo si la compañía de aviación Interjet quiebra y se liquida la empresa, ya que para volver a recuperar el nivel de pasajeros transportados por la industria de aviación mexicana, se ocuparía que iniciara operaciones una nueva aerolínea que sustituyera a Interjet, para recuperar lo perdido.
Es decir, aún no sabemos ni el impacto cuantitativo de los cierres definitivos ocasionados por la pandemia, ni las afectaciones de la nueva normalidad, dentro de la reducción en el PIB de 2020, por lo que es difícil estimar si la “recuperación” solo va a ser posible a niveles del 95 o del 98 por ciento, sobre el 100 que teníamos antes de la crisis.
En este sentido, recuperar esos niveles, como ya lo he comentado en notas anteriores, yo pienso que no es nada difícil, y que se puede dar rápidamente, ya que solo implica reabrir negocios que ya estaban en marcha, y no representa aumento ninguno en la inversión privada, pero de ahí, a volver a “crecer”, entendido esto como generar un PIB mayor al previo a la crisis, o mayor al nivel “recuperado”, ya es otro boleto más complicado.
De esta manera, si suponemos que las afectaciones permanentes no serán mayores a un 2 por ciento del PIB, por lo que el nivel del PIB “recuperable” sería de 98, pariendo de una base de 91 (caída de 9 por ciento en 2020) entonces la economía tendría que crecer un 7.69 por ciento para alcanzar el nivel de 98, lo cual estimo que fácilmente, para el 2022, la economía mexicana podría resarcir el nivel del PIB “recuperable”, no obstante el consenso de los analistas económicos, tanto nacionales como extranjeros, dan por un hecho que nos tomará varios años recuperarnos de esta caída.
Por lo anterior, estimo que para este año, sí se podría dar un crecimiento de entre el 4 y el 5 por ciento real, como lo proyectan nuestras autoridades, siempre y cuando se normalicen a la brevedad las actividades productivas afectadas por la pandemia.
De no haber cambios en esta trayectoria y en estas decisiones gubernamentales, luce difícil que se pueda elevar el nivel del PIB por habitante en este sexenio.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.