Andan algunos empeñados en poner <strong>en el mismo prisma el 'robo' de Luis Suárez con el fichaje de Marcos Llorente</strong>. Andan algunos insistiendo en que es lo mismo regalar a un goleador del calibre del uruguayo a vender por 40 millones de euros a un mediocentro que vivía una situación residual en su club de procedencia. Andan empeñados, en definitiva, en igualar la barbaridad que hizo el Barça regalando a un goleador contrastado a un rival directo con el hecho de que el Madrid no pusiera pegas en sacar a un futbolista que no contaba para su entrenador... <strong>y que en ese momento distaba mucho de ser el jugador decisivo que ahora sí es.</strong>Y no, por mucho que insistan en el mensaje <strong>no hay paralelismo posible</strong>. Todos sabíamos, incluso también en Can Barça, que<strong> Suárez seguiría marcando goles allá donde fuera</strong>, tuviera el físico que tuviera y marcando el DNI los años que marcara. No ha hecho otra cosa desde que dejó Uruguay para principiar una carrera brutal en Holanda, Inglaterra y España. Igual que esa era una realidad en el caso del uruguayo <strong>la aportación de Llorente era tan 'dudosa' como fueron sus primeros meses en el Atlético</strong>. Llegó a ser el último mediocentro de la rotación del Cholo y sólo una <strong>genialidad de Simeone</strong> (adelantarle en el campo) y <strong>el empeño y talento del 14 por triunfar</strong> han descubierto a un futbolista brutal que se destapó en Anfield, casi nada, y que ahora es titularísimo en el Atlético. Una de sus estrellas, en definitiva.<strong>Hasta el propio Marcos ha reconocido que ni él esperaba una versión así suya,</strong> en goles y asistencias, como para achacar al Madrid que dejó escapar (no olvidemos, por 40 millones de euros) un jugador que nadie, ni el más llorentista del mundo, podía imaginar. <strong>Por esto ello, no, Llorente y Suárez no son casos comparables.</strong>
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