Compartir la vida con un gato puede ser muy agradable. Si a esto le añadimos que cada vez se lleva una vida más ajetreada y que, por lo general, requieren menos cuidados que los perros, los gatos se están convirtiendo cada vez más en la primera opción como animal de compañía.
Esta tendencia está generando un aumento de servicios online para cuidar a estos pequeños felinos. Los millennials, por ejemplo, conocen bien las ventajas de estos servicios digitales como es la entrega directa de productos para gatos y poder comentar a través de los chats, las necesidades y características de su felino, lo que está impulsando las suscripciones online de productos para mascotas.
Es el caso de Surprise My Cat, un servicio de suscripción online que ofrece una caja mensual con 5 o más productos personalizados para gatos. Este tipo de servicios son muy convenientes a la hora de brindar a tu gato lo que necesita, evitando la pérdida de tiempo que genera la búsqueda y compra constante de productos.
Pero lo principal a la hora de adquirir un gato es saber cómo cuidarle, cómo crear un espacio agradable en el hogar y conseguir que tengan calidad de vida y puedan desarrollar sus instintos.
Cuando se va a cuidar de un gato por primera vez, es normal que surjan dudas de cómo hacerlo correctamente para que tenga calidad de vida y bienestar.
Jugar con tu gato le aportará las siguientes ventajas:
Mantiene al felino activo, previniendo el sobrepeso y la obesidad.
Mejora su estado de ánimo y estrés.
Le permite desarrollar su instinto depredador.
Ayuda a establecer un fuerte lazo entre el gato y el cuidador.
Para fomentar el juego, existen en el mercado una serie de juguetes, diseñados especialmente para gatos: ratones de peluche, bolasrellenas de comida, juguetes alargados o elásticos con los que pueden saltar, trepar, levantar y engancharse etc.
Un juego que se convirtió en última tendencia fue los láseres. Hay que tener en cuenta que si se usan, se debe terminar el juego con un juguete para atrapar o con comida, ya que si no les puede frustrar si no consiguen “cazar” lo que están depredando.
Los gatos comienzan a interesarse por el juego a las tres semanas de vida, siendo máximo a las 12 semanas y fundamental para su correcto desarrollo. Los gatitos que no han jugado con sus hermanos u otros gatos cuando son pequeños, son mucho más propensos a desarrollar agresividad, miedo, marcaje inadecuado y destruir objetos que un gato habituado con una rutina de juego.
Los gatos, a diferencia de los perros, son carnívoros estrictos, por lo que requieren una elevada cantidad de proteínas en su dieta. Estas deben estar presentes al menos en un 25% del total del alimento, siendo ideal en torno al 40%. Otros nutrientes que debe contener el alimento son los hidratos de carbono, las grasas, las vitaminas y los minerales.
Si un gato se alimenta de una dieta vegetariana, de baja cantidad de proteína o para otra especie, podrían aparecer deficiencias y repercutir gravemente en su salud.
En el mercado existen multitud de marcas de alimento seco y húmedo para gatos. Cuando en la etiqueta aparece que es un alimento completo, quiere decir que contiene todos los nutrientes que un gato necesita, sin requerir nada adicional.
También se pueden encontrar alimentos complementarios como son las sopas para gatos, la leche para gatos adultos y los snacks o “premios”.
Lo ideal es alimentar a un gato alternando la comida húmeda con la seca y repartiéndose en varias tomas a lo largo del día. ¿A qué es debido?
La comida húmeda a menudo se ve como un premio, pero en realidad es una comida completa y además es buena en la prevención de la enfermedad renal por su alto contenido en agua (humedad).
El pienso seco es bueno para el estado de los dientes del felino, pero no para la prevención de la patología renal ya que contiene muy poco porcentaje de humedad.
Una vez seleccionado el alimento, es importante darles las kilocalorías (Kcal) que necesitan según sus condiciones particulares.
Por ejemplo, un gato adulto estándar que no sale al exterior, tendrá suficiente con 60
Kcal/Kg diarias, e incluso menos si está esterilizado. Esto se debe a que tras la esterilización los gatos tienen más apetito, pero menos necesidades energéticas, por lo que tienden a coger peso al acumular en forma de grasa la energía sobrante.
En cambio, si es un gato muy activo o que sale al exterior, pueden ascender a 70-90 Kcal/Kg diarias.
Cuando los gatos entran en una edad avanzada, la energía o grasa del alimento no debe aumentar por su menor actividad física, pero sí la proteína para prevenir la pérdida de masa muscular.
Además de la comida, deben tener agua siempre a su disposición, debiendo ser cambiada frecuentemente. Para fomentar su consumo se les puede poner una fuente para gatos, ya que les atrae el agua en movimiento.
Los gatos pueden verse afectados por diversas enfermedades infecciosas, siendo la vacunación la mejor manera de controlarlas. La pauta recomendada de vacunación en los gatos es la siguiente:
A las 6-8 semanas se aplica la trivalente (Herpesvirus, Calicivirus y Panleucopenia), con revacunación cada cuatro semanas hasta la semana 16. Revacunación anual en gatos de riesgo y cada tres años en los que no presentan riesgo.
En la semana 8 se vacuna de Leucemia felina, revacunando al mes, al año y luego cada 2-3 años si están en riesgo. Si no lo están, no vacunar.
A las 9 semanas se le puede vacunar de la Clamidiosis felina, revacunando al mes y luego cada año si está en riesgo de infectarse.
A las 12 semanas la Rabia. Revacunación según la legislación de la zona.
A las 16 semanas se puede vacunar del Coronavirus felino, el virus que cuando muta produce la temida peritonitis infecciosa felina. Como la mayoría de gatos, a esa edad ya han tenido contacto con el virus, solo se vacunan si previamente se ha demostrado que no tienen anticuerpos y van a entrar en un lugar de riesgo como una colectividad felina.
La desparasitación también es importante para prevenir enfermedades causadas por parásitos externos (pulgas, garrapatas y ácaros) e internos (gusanos planos, redondos y protozoos). Además, algunas son zoonóticas, es decir, se pueden transmitir a las personas.
En un gatito, la primera desparasitación debe ser a las 6 semanas, repitiéndose cada dos hasta que llegue a las 12 semanas de vida. En adultos, se debería realizar una desparasitación interna y externa cada tres meses, incluso en los gatos que no salen a la calle, ya que podemos vehicular nosotros los parásitos.
La esterilización en los gatos, además de evitar las camadas indeseadas, es muy beneficiosa por diversos motivos relacionados con la salud y el comportamiento:
Prevención de enfermedades del aparato reproductor en los machos.
En hembras, una esterilización temprana antes de los 6 meses o del primer celo, reduce en un 91% el riesgo a sufrir cáncer de mama.
En gatas evita los tumores uterinos, ováricos, metritis y piometra.
En machos reduce las escapadas de casa o el marcaje inadecuado.
En general mejora la agresividad, el estrés y se vuelven más tranquilos y hogareños.
Los gatos requieren que se les cepille e incluso se les lave el pelaje con cierta frecuencia, siendo superior en los que tengan pelo largo o semilargo. Esto es importante, además de para favorecer la circulación sanguínea y darle brillo y fuerza, para prevenir las bolas de pelo que pueden llegar a obstruir el tracto intestinal, obligando a pasar por una cirugía intestinal.
Los dientes se deben limpiar y revisar para buscar y prevenir el sarro y patologías como la gingivitis o la enfermedad periodontal.
La limpieza y revisión de los oídos es clave. En los gatos pueden aparecer, por ejemplo, otitis o parasitaciones por el ácaro de oídos Otodectescynotis, siendo molesto para el felino.
Aunque siempre interviene la genética en la personalidad de un gato, cabe mencionar que el periodo de socialización de esta especie se establece entre las dos y las siete primeras semanas de vida. Es en este momento cuando se debe tener especial cuidado en lo que le acontece al felino, ya que todo lo que ocurre repercute en su personalidad futura.
Para que el gatito sea más sociable, durante este periodo sensible se debe realizar una correcta socialización, con varias personas de diferentes edades, con otros animales y diversos entornos y situaciones.
Es clave saber cómo educar o enseñar a un gato en diversos aspectos para que la convivencia en el hogar sea satisfactoria. Estos son los puntos más importantes en la educación de un gato.
El refuerzo positivo es una forma de condicionamiento que consiste en premiar al gato cuando hace algo bien. Estos premios pueden ser su comida favorita, caricias o palabras bonitas que sirvan para que el gato relacione esa conducta con algo placentero y agradable.
Las ventajas del refuerzo positivo en los gatos son varias:
Mayor facilidad de aprendizaje de nuevos comportamientos o habilidades al no temer un castigo positivo (daño) o negativo (retirada de alimento, juguete o algo que le guste mucho).
Mejor calidad y mayor velocidad de aprendizaje
Mayor estabilidad emocional
Mejor relación gato-cuidador
Mayor estimulación mental y física
Enseñar a un gato a usar el arenero suele ser el punto más sencillo. Esto es debido a que, al igual que su ancestro el gato salvaje africano, tiene el instinto de enterrar sus necesidades en arena u otros materiales para ocultarse de sus depredadores. De esta manera, si ven arena en casa tienden a realizar y tapar sus necesidades en ese lugar. Sin embargo, en ocasiones no lo hacen o lo realizan en maceteros u otros lugares con tierra, lo que lo convierte en un problema.
A la hora de elegir un arenero para nuestro pequeño felino es importante tener en cuenta:
El tamaño del arenero debe de ser lo suficientemente amplio para que el felino pueda dar una vuelta completa en él, y poder enterrar a gusto sus desechos.
El arenero debe ubicarse en un lugar discreto, siempre accesible y alejado del comedero y bebedero.
La familiarización con el arenero se puede realizar acercando al gato mediante el juego o introducirlo directamente en el arenero y probar a mover la arena con la mano para que vea que no es peligroso y le incentive a probar a usarlo. El refuerzo positivo también es lo mejor en este caso. Si el felino usa el arenero correctamente, se le debe premiar para que asocie que es eso lo que debe hacer. Nunca se le debe gritar o castigar si no lo hace. Las claves son la paciencia y el refuerzo positivo las veces que hagan falta hasta que la conducta sea aprendida en su totalidad.
La preocupación de que el gato arañe los sofás, cortinas u otros muebles del hogar es muy frecuente, por eso se les debe educar a hacerlo dónde deben y no en los lugares que ellos crean convenientes.
Hay que tener en cuenta que los gatos realizan el rascado con las garras para desarrollar cuatro funciones biológicas:
Depósito de feromonas a través de sus glándulas sudoríparas interdigitales en el objeto rascado. Las feromonas son unas sustancias químicas muy volátiles emitidas en una misma especie para su comunicación.
Realizar el acondicionamiento de las garras.
Dejar una marca visual en el objeto.
Tonificar y estirar su musculatura.
Los gatos rascan especialmente los objetos que están más cerca de sus lugares de descanso como una manera de autoafirmarse que ese territorio tan agradable es suyo. Esto es clave para saber colocar el rascador en sus lugares preferidos y que sea más fácil enseñarles a usarlo.
Se puede intentar que el gato se acerque al rascador jugando cerca de él para que el felino tenga contacto e incluso enganche alguna garra en él durante el proceso. También podemos rascar nosotros para que el gato oiga el sonido y vea que es estable y seguro.
Si no es eficaz, se puede probar a usar sobre el rascador un producto que contiene una feromona sintética hecha a partir de la feromona de rascado del gato (FeliScratch®). Lo que puede ayudar a que el felino le atraiga como el lugar dónde debe realizar su conducta de rascado.
Si nada de esto es suficiente, puede que simplemente al gato no le guste o vea inestable el rascador, debiendo probar a sustituirlo por otro tipo. Los más frecuentes son los verticales, pero algunos gatos prefieren los horizontales o los pegados a la pared.
Cuando vemos que el felino araña un mueble, antes de usar la violencia física o verbal, se le puede coger y llevar al rascador, para que vea que es ahí dónde debe rascarse. Siempre que el gato use el rascador correctamente se le debe premiar, realizando una vez más el refuerzo positivo hasta conseguir que aprenda la buena conducta.
A partir de los veinte días de vida, comienzan a erupcionar los dientes de leche de los gatos. De forma innata los gatos tienen tendencia a agarrar con las uñas y morder los objetos cuando juegan, y las manos humanas no iban a ser menos.
La mejor manera de enseñar a un gato a que no nos muerda o arañe es dejar de jugar inmediatamente cuando realiza esta acción, a la vez que nos mostrarnos doloridos. De esta manera relacionará finalizando el fin del juego. Nunca debemos gritarle, ni empujarle y mucho menos levantarle la mano, eso solo hará que nos tema y no se nos quiera acercar.
En ocasiones la responsabilidad no es solo del felino, sino de nosotros. Es importante no provocar al gato, es decir, no molestarle cuando está descansando o cuando muestra señales de no ser receptivo a ningún tipo de acercamiento. Si forzamos un contacto no deseado, el gato mostrará señales de agresividad.
Tampoco es buena idea jugar con él con nuestras manos, pues la verán como presa y se lanzarán a ella. Es su naturaleza y no podemos luchar ante eso.
En cambio, debemos enseñarle qué es lo que puede morder y arañar sin problema. Estos objetos son los juguetes, que a la vez satisfarán su instinto cazador y favorecerán su salud y correcto desarrollo cuando desde que son pequeños.
Los gatitos no son capaces de regular su temperatura por ellos mismos hasta que llegan a las siete u ocho semanas de vida. Por eso es importante mantener una temperatura de al menos 30-32 ºC en la primera semana de vida, reduciéndose progresivamente hasta los 21-24 ºC hasta que consigan termoregularse.
Otro aspecto a tener en cuenta, si no están con la madre, es estimular la zona anogenital después de cada comida para favorecer que hagan sus necesidades, ya que aún no lo pueden hacer por ellos mismos.
Además de estos dos aspectos clave, se debe mantener al gatito en un lugar seguro, protegido, con control diario del peso y siendo observado para detectar alguna anomalía.
Cuando nacen, los gatitos adquieren los anticuerpos maternos a través de la primera leche de la gata, denominada calostro. Después y hasta el destete, crecerán y obtendrán los nutrientes de la leche que produce la madre.
Si por algún motivo no están con la madre, esta los rechaza o tiene problemas en su lactación, se les debe alimentar a biberón con leche formulada para gatitos. La postura del gato debe ser en decúbito esternal, es decir con la tripa apoyada en el suelo y con la cabeza elevada para acceder al biberón, tal como lo haría en un amamantamiento con la madre.
Durante las tres primeras semanas de vida se debe alimentar a los gatitos cada 2-3 horas. A las tres semanas deben consumir diariamente 130 Kg/Kg de peso, extendiéndose las tomas a cada 4-5 horas y ascendiendo a 200-220 Kcal/Kg diarias. Las leches formuladas para gatitos tienen alrededor de 1 Kcal/ml.
Una vez llegan al mes de vida, debe comenzar el proceso de destete. Si el gatito es huérfano, el destete debe empezar mezclando pienso comercializado para gatitos con leche para gatos, para que este se reblandezca y sea más fácil de ingerir. Se debe reducir progresivamente la cantidad de leche hasta que desaparezca, completando el destete cuando se alimentan solo de pienso, alrededor de las siete u ocho semanas. Entre medias se puede probar en ofrecer alimento húmedo para gatitos o trocitos de pollo.
Las Kcal alcanzan su máximo cuando el gato cumple los cinco meses, con unas 250 Kcal/Kg diarias. A partir de este momento deben descender hasta que alcanzan su máximo crecimiento, con la ingestión de las kcal que necesiten según sus condiciones particulares.