El Cádiz y el Levante empataron en el Ramón de Carranza, un partido vibrante en la primera mitad, donde se consiguieron todos los goles (2-2). El primero en golpear fue el equipo de Álvaro Cervera, obligado a despertar tras la eliminación en Copa del Rey y las palabras del técnico, que esperaba mucho más de sus futbolistas.
Perea abrió el marcador a los tres minutos con una acción personal excepcional. Recibió el cuero con la zurda, deshizo al defensor con un quiebro y besó las redes con la diestra. Un movimiento de muchos quilates que enrabietó al Levante, capaz de darle la vuelta al partido en apenas cuatro minutos. El duelo se enloqueció y tuvo un nombre: Roger Martí.
Primero logró el empate asistido por De Frutos, desde la banda derecha, y después, a los 11 minutos, repitió la diana desde la izquierda en botas de Clerc. Un remate fugaz, con mucha astucia y que doblegó a un Cádiz inerme hasta que minutos antes de la media hora, el veterano Cala hiza buena una asistencia de Álex Fernández para colocar el 2-2 definitivo.
El recién ascendido Cádiz se queda en una cómoda octava posición, a tres puntos de los puestos que dan acceso a Europa, aunque con más partidos disputados que sus rivales inmediatos en la tabla, mientras que el Levante es undécimo y sigue lejos de la zona peligrosa.
