Ni la pandemia, ni las multas ni el miedo a un posible contagio pudo con ellos. Son los irreductibles del botellón, jóvenes que persisten en la costumbre de beber en la calle. El Ayuntamiento tiene contabilizados, según admitió recientemente el delegado de Gobernación, Juan Carlos Cabrera, medio centenar de puntos por la ciudad. Es cierto que el aumento de las sanciones y de las restricciones derivadas de la alerta sanitaria en el último año han transformado el movimiento del botellón en la capital hispalense. De las grandes masificaciones en la vía pública, a pequeños grupos que tratan de burlar las normas. Aunque no siempre es así, durante el pasado puente de la Inmaculada los vecinos difundieron fotografías por las redes...
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