«Ha sido una reunión amable», dijo ayer la consejera de Sanidad, Verónica Casado, al referirse al encuentro que mantuvo con responsables de los seis sindicatos con representación en la Mesa Sectorial de Sanidad. Después de más de una semana de mucha tensión, tras la publicación del Decreto para la reorganización de las plantillas, las dos partes volvieron a sentarse y, en principio, mostraron su deseo de desbloquear la situación y negociar las condiciones de los sanitarios para hacer frente a la pandemia.
No obstante, una nueva reunión, en este caso con el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, será decisiva para encarar futuros acuerdos sobre la base, según insisten los representantes sindicales, de que el Decreto se retire o no se tenga en cuenta. En este sentido, el secretario autonómico del sindicato médico CESM, Tomás Toranzo, reconoció ayer que «la negociación se ha desbloqueado y si la consejera cumple su palabra no será difícil llegar a un acuerdo». Consenso que, insistió, «pasa por no tener en cuenta la premisa del Decreto que establecía unas nuevas reglas de juego que no admitimos». Es más, para Toranzo, «han montado un número innecesario y mal calculado porque no hacía falta ese Decreto».
También la secretaria regional del sindicato de enfermería Satse, Mercedes Gago, destacó la disponibilidad de negociar «sobre el criterio de voluntariedad e la incentivación», si bien fió cualquier acuerdo al encuentro que mantendrán con Mañueco. Ana Rosa Arribas, de CC.OO. reconoció el avance que supone comenzar a hablar, aunque con la condición de dejar sin efecto la polémica norma.
Verónica Casado, sin embargo, se mostró ayer especialmente cauta al limitarse a mostrar su convencimiento de que «en algún momento» se retomarán las negociaciones con el ánimo de «conjugar los derechos de los pacientes con los de los trabajadores».
