Las obras del reconocido artista británico Banksy, cuya identidad continua siendo un misterio, dan siempre de qué hablar. La bicicleta sin rueda trasera atada a una farola que acompañaba el mural de una niña jugando con una llanta a modo de hula hoop desapareció el pasado fin de semana en Nottingham. Sin embargo, ayer apareció una de reemplazo, de la marca Raleigh Outland. El debate estaba servido, tanto en la calle como en las redes sociales.
Aunque algunas personas consideraron que la bicicleta original fue robada, otras apuntaron a que podría haber un mensaje oculto en el reemplazo, ya que el fabricante de esa marca era una de las empresas más grandes de la ciudad, y la obra, ubicada en la esquina de Rothesay Avenue con Ilkeston Road en la zona de Lenton, está cerca de la fábrica original, que cerró hace 18 años. Otros apuntaron a que simplemente la persona que colocó la nueva quiso hacer una homenaje a una marca icónica del lugar.
No obstante, todas las dudas se aclararon una vez que el Ayuntamiento indicó que el propietario del edificio fue quien la retiró para “su custodia” y el Proyecto Nottingham, una organización que tiene como objetivo el rejuvenecimiento de la ciudad, publicó en su cuenta de Twitter que estaba trabajando con el consistorio y con el dueño para proteger la obra, que, como suele suceder con las creaciones de Banksy, apareció de repente el pasado 13 de octubre en una pared de ladrillos al lado de una peluquería.
La segunda bicicleta
La BBC además habló con la persona que colocó la segunda bicicleta, Kyle Myatt, un repartidor de comida local, que explicó que tras enterarse del robo, la compró por veinte libras y la colocó en su sitio. “Solo lo hice para ver a la gente más feliz. Incluso si no fue robada, me alegro de haberla reemplazado, ya que parece parte del Banksy. Y al menos ahora, si alguien la quita, la original está a salvo”. Una maestra de Primaria explicó a la misma cadena que notó que faltaba la original cuando se acercó a ver el mural y apuntó que su marido, ya fallecido, trabajó para la fábrica de la marca Raleigh.
Una vez confirmada la autoría de la obra por el propio artista a través de su cuenta de Instagram, los turistas y curiosos empezaron a hacer largas colas para contemplar su nueva creación, mientras que las autoridades locales decidieron cubrir el mural con una pantalla plástica, habida cuenta de otras ocasiones en las que las obras del también polémico activista han sido vandalizadas. De hecho, la protección ha sido ya limpiada en al menos dos ocasiones tras ser pintada con espray.
