La décima gala de «MasterChef» arrancó esta noche con la prueba más artística de lo que va de edición. Se trataba de replicar las muy originales tartas de Eva de Haro, de «Tartísstica», que son como esculturas realistas. Donde el espectador y los aspirantes veían una bota o un maletín lo que había en realidad era un postre. Más dulce todavía fue la compañía de los concursantes: su pareja en este primer desafío fueron hijos, amigos o familiares, todos ellos niños o jóvenes.
La bota (en realidad un bizcocho de chocolate y mermelada de fresa) fue precisamente el reto que correspondió al estilista Josie y su amigo Diego. «Mi mano derecha total», informó el concursante sobre el invitado. Se despistó con la compañía y se marcó una prueba penosa. «Es un 'León come gamba' pero dulce», admitió ante la mesa de los chefs el aspirante, recordando así el peor plato de la historia del concurso en sus diferentes versiones, aquel perpetrado por el concursante
Alberto
, el benjamín de la tercera edición de «MasterChef».
«Es la prueba más mala que has hecho y me molesta el desinterés«, lamentó el chef Pepe Rodríguez al ver, y probar, «Prada amorfa», que es como bautizó Josie su lamentable propuesta. «Has tenido una actitud pésima. No se puede comer», clamó el también jurado Jordi Cruz, que adjudicó el mandilón negro al aspirante según probó la tarta. «Caótico», «desordenado»o «decepcionante» fueron otros de los adjetivos que le correspondieron.
Por tanto, Josie se jurará la continuidad en la prueba final.
