El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, se ha mostrado «sorprendido» por la disminución de inversiones que contempla el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para la provincia abulense en 2021 y confía en que los partidos «se moverán» para mejorar las partidas, informa Efe.
Esta reflexión ha sido realizada este jueves por Gil Tamayo durante la rueda de prensa ofrecida con motivo de la celebración este domingo del Día de la Iglesia Diocesana, durante la cual ha destacado la intención de la Iglesia de estar «en primera línea» para atender las consecuencias de la crisis.
En este contexto, ha subrayado el «peso fundamental» de la actividad de la Iglesia «en la economía de Ávila», donde las «instituciones que dependen del consolidado de la Diócesis» generan una «riqueza laboral» que ha cifrado en 18.503.000 euros, a través de los Colegios Diocesanos, el Teologado de Salamanca, el Archivo, las parroquias...
En este sentido, se ha mostrado «sorprendido» de que esta cifra sea superior a los 17.940.000 euros que el Gobierno ha destinado en el capítulo de inversiones a la provincia de Ávila para 2021, lo que supone una «disminución» respecto a las cuentas anteriores de casi 15 millones de euros.
Tras lamentar esta situación «deficitaria», que sitúa a la provincia abulense «entre las últimas» del país, el obispo ha pedido que no se deje atrás a Ávila en este sentido, ya que debe recibir lo que le «corresponde».
Al respecto, ha dicho «confiar» en que los diferentes partidos y representantes políticos «se moverán» para que la provincia abulense se encuentre en situación de «igualdad derechos» y no quedarse «rezagada en las inversiones».
Al presentar las cuentas de la Diócesis en 2019, el ecónomo diocesano, Alejandro Jiménez, ha señalado que los ingresos ascendieron a 5.797.290,80 euros, mientras que los gastos se quedaron en 5.537.103,30 euros, lo que supuso un saldo positivo de 260.187,30 euros.
Esta cantidad de «reserva» está siendo empleada para dar respuesta a las necesidades derivadas de la crisis sanitaria, que ha derivado en una crisis económica, que está teniendo un gran impacto en la sociedad abulense, según ha reconocido Antonio Luis Nicolás, delegado Episcopal de Cáritas en Ávila.
Según ha señalado, solo durante el mes de octubre, las intervenciones en atención primaria -alimentos, albergue, economato...- se han «multiplicado por tres», llegando hasta las 856.