Hay una manera de proceder entre los miembros del Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos, que está empezando a volverse una constante muy tóxica. Y es que cuando a alguno de los dos partidos políticos que lo forman no le convence algo de su formación aliada, estalla la guerra fría y aparecen las filtraciones en las medios de comunicación y las presiones mediáticas.
Ayer fue el turno de los ministros de Unidas Podemos porque, según informó Efe, fuentes de signo morado admitieron a mediodía serias discrepancias en el primer Consejo de Ministros posvacacional con la titular de Educación, Isabel Celaá, por la falta de claridad y contenido del plan para la vuelta al cole en plena pandemia.
Durante la reunión del gabinete, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, acusó a la ministra de Educación de «falta de liderazgo» y censuró inacción para negociar y lograr una estrategia coordinada con las Comunidades Autónomas que garantice «seguridad» a los docentes, trabajadores y familias a pocas semanas del inicio del curso.
La filtración de Unidas Podemos es especialmente dañina porque coincidió con la primera reunión del Ejecutivo después de las vacaciones, en un momento en el que millones de familias están preocupadas sin conocer bajo qué procedimientos deberán llevar a sus hijos a las escuelas, y porque llegó antes de una comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para hacer balance de la evolución de la pandemia en España. Precisamente, su rueda de prensa estuvo plagada de preguntas y evasivas sobre el desencuentro entre Iglesias y Celaá.
Sánchez mira para otro lado
El jefe del Ejecutivo no negó la discusión, pero tampoco quiso entrar a valorar el contenido. «Las conversaciones del Consejo de Ministros son confidenciales», se limitó a contestar. «Todos mis ministros son ministros del Gobierno de España, no son ni de un partido ni de otro, y evidentemente yo tengo una positiva opinión del funcionamiento del Gobierno», respondió a continuación, ante la insistencia de los periodistas presentes.
Las fricciones se producen a dos días del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que se celebrará el jueves de manera telemática, donde Celaá, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y sus homólogos a nivel autonómico se reunirán para analizar y estudiar las diferentes propuestas para enfrentar al virus en los centros. Además, Sánchez anunció ayer que la Conferencia de Presidentes para abordar este asunto se celebrará vía telemática a principios de septiembre.
El flanco del Gobierno perteneciente a Unidas Podemos defendió en el Consejo de Ministros que es «imprescindible» la bajada de ratio de alumnos por aula en los centros educativos para garantizar «una vuelta segura». Para conseguirlo, según la agencia, sostuvieron que los 2.000 millones de euros que el Gobierno entregará a las autonomías del Fondo Extraordinario no reembolsable para destinar a Educación deben dedicarse a contratar nuevo profesorado y acondicionar espacios para fraccionar las clases.
Centros libres de Covid
El golpe de Unidas Podemos también motivó que el presidente del Gobierno diera un mensaje de calma: «Los padres y madres, docentes, trabajadores de los centros, deben tener la seguridad de que el Gobierno y las comunidades vamos a hacer todo lo necesario para que los centros sean seguros para nuestros jóvenes», dijo.
En los últimos meses se han producido más choques y filtraciones entre morados y socialistas. Siempre zanjados por los equilibrios de Sánchez e Iglesias. «En el terreno político, total confianza y apoyo al vicepresidente», dijo el presidente ayer. En pleno confinamiento, Iglesias y la vicepresidenta Calviño protagonizaron uno de los momentos más tensos de la coalición después del pacto bajo la mesa de PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral de 2012. Un acuerdo que Calviño frenó en seco.
