La crisis del coronavirus ha provocado que la mayoría de las empresas hayan apostado por el teletrabajo. La previsión de que el trabajo a distancia se prolongue al menos hasta final de año para evitar contagios en los centros laborales ha acelerado las negociaciones que mantiene discretamente en pleno agosto el Gobierno con patronal y sindicatos.
Pese a la desescalada y el levantamiento de las restricciones del estado de alarma, muchos trabajadores han continuado trabajando desde casa como medida de prevención y, otros, han comenzado a planear la vuelta a las sedes a partir de septiembre.
Con vistas a la planificación del nuevo curso, fuentes conocedoras de las negociaciones entre el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales explican a Confidencial Digital que el principal escollo para el acuerdo se encuentra ahora mismo en el tiempo trabajado fuera de la oficina que convertirá a un empleado en ‘teletrabajador’.
El proyecto del Gobierno se fija como objetivo establecer por ley que las empresas compensen a sus empleados por los gastos en que incurran cuando ejerzan su actividad en teletrabajo.
Una modalidad que apenas realizaba un 5% de los asalariados en España pero que durante los tres meses de confinamiento por la pandemia del coronavirus ha escalado hasta el 40%, según algunas estimaciones.
Por el momento, el último documento entregado por el Ministerio de Trabajo a los agentes sociales ha establecido el límite para considerar que un empleado ejerce su actividad a distancia en un 20% de la jornada semanal.
Es decir, todos los empleados que en sus trabajos se trasladan al menos un día fuera de la oficina –por ejemplo, un viernes tal y como permiten ya muchas compañías- se considerarían ya automáticamente ‘teletrabajadores’, según el anteproyecto del Gobierno. Las empresas no están de acuerdo.
Ante este escenario, fuentes de la cúpula de la CEOE explican a ECD que los empresarios han advertido a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de que el establecimiento de ese límite tiene consecuencias automáticas que el Ejecutivo no ha tenido en cuenta y que van a provocar un fuerte impacto en las compañías.
Destacan que asumir esta categoría supondría, con la ley que prepara el Ejecutivo, que las empresas deberían proveer de equipos de trabajo a distancia a esos profesionales, además de negociar con ellos todo el capítulo de novedades que incluye la nueva normativa, desde la compensación de gastos a horarios.
Así las cosas, han trasladado al Ministerio de Trabajo que se trata de un límite “demasiado bajo”, que no pueden asumir. Por lo tanto, el aviso ha sido alto y claro: o se aumenta ese límite o Yolanda Díaz no contará con una propuesta consensuada que trasladar al Consejo de Ministros y, posteriormente, al Congreso de los Diputados.
Los empresarios han marcado, de hecho, una línea roja al Gobierno en este punto. Solo pagarán los gastos del teletrabajo si el empleado se queda en casa al menos dos días a la semana. Reclaman que haya que completar como mínimo un tercio de la jornada semanal a distancia para acogerse a las ventajas de la nueva ley de teletrabajo.
“Lo contrario es un disparate”, afirman fuentes de la CEOE presentes en la mesa de negociación. Al menos, explican, lo razonable es llegar a un umbral del 35%, lo que se traduce en al menos dos jornadas de trabajo a distancia a la semana.
