Durante la emisión de «La última cena», el reality de «cocina» con los colaboradores de «Sálvame» (Telecinco), una de las incógnitas de cada viernes era qué peluca y vestimenta llevaría Lydia Lozano (59), la primera en concursar junto a Kiko Matamoros. Según contaban ella y sus compañeros de programa, la periodista acostumbra a llevar pelucas en las cenas con sus amigos. Así que, en la línea costumbrista del formato, dicho y hecho.
Excepto su agria discusión con Mila Ximénez durante la segunda entrega («Mis lloros vienen por escaleta, ¿no?») y su posterior abandono del plató, la presencia de Lozano en «La última cena» garantizaba cada viernes diversión y «petardeo». Y la colaboradora, que ya había hecho del baile «chuminero» su bandera en «Sálvame», se arrancaba a bailar en su entrada a plató.
Que si pelo «afro», que si morado, que si rojo... Con cada «look», los espectadores le buscaban parecidos con otros famosos: que si Sara Montiel, que si «La pija» de «Aquí no hay quien viva», que si integrante de The Jackson 5... hasta de faraona fue una noche. Uno de los jueces, Sergio Arola, la comparó con una «drag queen» estadounidense, RuPaul. Como Tippi Hedren en «Los pájaros» la vistieron y maquillaron para directamente presentar «Sálvame diario» en ausencia de Jorge Javier Vázquez.
Lydia Lozano como presentadora en «Sálvame», con cuervos con la cabeza de José Antonio Avilés de fondo
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Mediaset España/Telecinco
Lozano no llegó a la final de «La última cena», pero para muchos seguidores fue la ganadora moral del concurso culinario por todo el juego que había dado. Ella fue la única que acudió a las diez entregas del programa, pues Kiko Matamoros y Antonio Montero se ausentaron en una ocasión. También tuvo que vérselas con Terelu, que volvió a reprocharle sus lágrimas...
Pero es «Sálvame» donde Lydia Lozano juega sobre seguro; ella y María Patiño -también presentadora de «Sábado Deluxe» y «Socialité»- son las periodistas que, con el paso de los años, mejor se han adaptado al tono juguetón del espectáculo. Tan sólo hay que recordar cómo Lydia Lozano, durante un reciente enfrentamiento con Rafa Mora, convirtió los reproches hacia su compañero en una canción mientras se arrancaba a bailar «It's Raining Men».
Pero la colaboradora de «Sálvame» a veces se convierte en protagonista del programa por culpa de terceros. Es lo que le está ocurriendo esta semana después de que la madre del único hijo de Camilo Sesto, Lourdes Ornelas, le haya acusado de llevarse dinero de la herencia que le dejó su padre, de cuya muerte pronto se cumplirá un año y a cuya capilla ardiente se desplazó como reportera y amiga de la familia; en el exterior de la sede madrileña de la SGAE muchas mujeres se acercaban para decirle lo «fans» que eran y lo mal que se portaba Kiko Hernández con ella.
A principios de agosto, tras una semana de vacaciones, «Sálvame» dedicó horas y horas al posible «topo» que habría desvelado dónde veraneaba su compañera. Protagonista -por sorpresa- de una revista en bañador y en un yate «de 7 millones de euros», no le quedó otra que contar con pelos y señales cómo se había desplazado y qué había estado haciendo durante sus días de descanso. Hasta se río de sí misma cuando, delante del croma y con pamela, simuló estar remando en una barca con Dua Lipa sonando de fondo.
Lydia Lozano, en «Sálvame», tras volver de vacaciones
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Lydia Lozano (izquierda) y Carlota Corredera (derecha), en «Sálvame», el día que la colaboradora regresó a plató tras sus vacaciones en un yate
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Durante el confinamiento, una vez regresó a plató, la colaboradora tuvo que aguantar que su propio programa rescatase un antiguo polígrafo que la cadena le había hecho para saber si era verdad o no su información sobre la hija desaparecida de Al Bano y Romina; hasta llegaron a colocar en plató una cabina telefónica para que la periodista respondiese cada vez que llamaban con «pistas». También hubo tiempo para la distensión cuando se dejó hacer las mechas en pleno directo («Dice que tiene cuatro centímetros de raíz»), en plató, como si de «Memorias de África» se tratase.
Hasta el tinte se da Lydia Lozano en «Sálvame»
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En marzo ya había sido protagonista (otra vez... involuntaria) después de que su compañero Miguel Frigenti desvelara que Alejandra Rubio, hija de Terelu y nieta de María Teresa Campos, le había llamado «vieja de mierda» durante una cena. En febrero, Lozano decía «necesitar» a la cantante Vicky Larraz (57) en «Supervivientes 2020» para poder sentirse identificada con alguien mayor... Ya lo dijo Rosa Belmonte hace unos meses: «Nos gusta Lydia Lozano bailando porque nos gusta el humor y la alegría, no la bronca».