En nuestros sistemas, que se dicen democráticos, ambas cuestiones se deciden por el gobierno de turno que amplía o reduce nuestra libertad a su gusto. Si tiene suficientes votos para aprobar cualquier ley, ésta puede manipular nuestra libertad y lo mismo cabe decir de la justicia: justo es lo que el gobierno determine como tal, libertad es la que yo te conceda.