Ayer dio por concluido el operativo “Golpe de Timón” cuyo principal objetivo era desarticular al Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL) y capturar a quien era su cabecilla principal José Antonio N alias El Marro. Fue el 3 de marzo del año pasado cuando la ofensiva en contra del grupo delictivo asentado en el municipio de Villagrán tomó fuerza, fue una acción sin precedente, pues esta banda es el primer cártel que nacía y florecía en el estado de Guanajuato y que alcanzó a tener el control de las actividades delictivas en 16 municipios del estado. Se escribieron sin duda páginas negras en la historia de la entidad por la violencia enardecida con la que se dio el enfrentamiento de éste cártel contra la autoridad, contra la sociedad civil y la guerra que mantuvo contra grupos delictivos en el año y medio aproximadamente que se mantuvo la operación para su captura.
Hay dos puntos importantes donde se debe centrar la atención, el primero de ellos es que el CSRL no operaba solo, se sabe que tejió una red de complicidades con autoridades, quienes por omisión o colusión permitieron la actividad de estos delincuentes, será importante saber si habrá acciones en ese sentido pues después de la captura de El Marro no se ha hablado más de esos oscuros nexos que quedaron evidentes en grabaciones filtradas. Se sabe que había algunas carpetas de investigación abiertas en contra de alcaldes en turno y ex alcaldes, de las cuales hasta el momento no hay novedad y por otro lado también existe la sospecha de alianzas con policías municipales de la zona de influencia del CSRL hacia allá deberían de continuar las investigaciones.
Por otro lado hay más grupos delictivos operando en la entidad, en donde no debe de perderse de vista que la experiencia nos dice que nadie solo podrá combatirlos, y en este caso el gobierno federal deberá de dirigir su atención a las actividades del resto de los grupos criminales cuyas actividades son principalmente delitos del orden federal.
Para alcanzar la paz en Guanajuato se requiere desechar la mala hierba de raíz sin embargo aún hay cabos sueltos urgentes de atender antes de volver a los niveles de seguridad que teníamos antes de la guerra entre grupos delictivos.
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