Este agosto termina el periodo de aplazamiento de pagos en mensualidades de créditos que ofrecieron los bancos de México en apoyo a sus clientes afectados por la crisis generada por el coronavirus, y que básicamente consistió en dar un periodo de gracia de 4 a 6 meses, sin afectar el historial crediticio de sus clientes que no abonaron capital durante este tiempo, previo registro en el programa con cada entidad; sin embargo, para muchos clientes la situación económica no ha cambiado por lo que aún es complicado comenzar a pagar.
De acuerdo con la plataforma de comparación de servicios financieros, Coru, la primera y principal recomendación, aunque suene difícil, es bajar la deuda, tratar de pagar al menos el saldo mínimo, buscando alternativas para capitalizarse, ya sea mediante la renta de activos (propiedades) o mediante emprendimientos acordes a la contingencia (negocios digitales).
En el caso de los créditos revolventes, como créditos y tarjetas, una buena opción es buscar una reestructura, que no es lo mismo que una prórroga, pues hay condiciones diferentes para la persona, además de un impacto negativo en el historial crediticio y la relación con el banco o financiera. El cliente perderá la línea de crédito o la tarjeta de crédito y lo más probable es que quede una marca negativa en su buró de crédito y no pueda volver a sacar un crédito o algún producto financiero.
En el caso de un crédito hipotecario o automotriz, lo que procede es buscar un pago anticipado o alguna solución de litigio para que el banco o financiera pueda recuperar la propiedad, objeto o inmueble.
Agregó que es importante pensar dos veces antes de endeudarte más o pedir crédito para pagar deudas. “Lo más probable es que ni siquiera te lo den, y si te lo dan, serán préstamos caros. Antes de pedir crédito para pagar deudas, busca reestructurar deudas, o negociar una quita. Son soluciones poco recomendables por la marca negativa en Buró, pero es mucho peor el impago”.
Otra alternativa que enlistó Coru fue buscar soft money, préstamos baratos, y sin intereses, por ejemplo, entre familiares o amigos. O bien, considera el empeño, pero asegurando hacerlo en forma segura, casas de empeño confiables con el riesgo de que puedes perder la prenda en empeño si no logras cumplir los pagos.
Coru agregó que existe otra serie de formas de salir de deudas atrasadas, pero debe considerarse que estas opciones no “limpian” los antecedentes crediticios, pero son la solución más viable antes que caer en impago y afectar el historial a largo plazo.
En primer lugar, la reestructuración de deudas. Se trata de negociar las condiciones del crédito a favor del cliente, ya sea en el plazo o las tasas de interés. Por ejemplo, acceder a pagos fijos, o aplazar las cuotas para disminuir el pago mensual, pero con mayor tasa de interés, o viceversa.
La consolidación de deuda se trata de agrupar todas las deudas en una sola, en este, el banco ofrece traspasar el saldo a deber de varias tarjetas de crédito a un único plástico. Para que sea realmente ventajoso hay que buscar la entidad financiera que ofrezca el CAT y la tasa de interés más bajos; sin embargo, no todos los bancos cuentan con esta solución.
Hay que considerar que con esta opción puede aumentar el monto mensual a cubrir cada mes, así que probablemente podría ser mejor tener varias deudas pequeñas e ir pagando una por una: por otro lado, si esto te resulta más confuso y pesado, hay que pensar en juntar todas las deudas en una.
Hasta finales de julio, había alrededor de 9 millones de créditos inscritos al programa para diferir el pago de financiamientos sin el cobro de intereses ordinarios -que después serán cobrados-, según informó la Asociación de Bancos de México (ABM). Al término del periodo de gracia, se ha descartado una extensión del aplazamiento de pagos, y dado que la banca necesita reservas, lo que sigue es un análisis de cada acreditado para ofrecer reestructuras o en todo caso mantener el apoyo en casos puntuales, declaró la ABM.
lvm